Maersk, la segunda mayor naviera mundial, suspendió temporalmente su servicio a Puerto Bolívar por la inseguridad. Los piratas balearon a una de las remolcadoras que acoderan las naves y le exigieron una vacuna de $ 50.000 por embarque. La carga en Puerto Bolívar es sobre todo banano, de gran volumen y perecible. Más allá de la pérdida por el embarque que no se realizó, los bananeros de El Oro deberán incurrir en costos adicionales de transporte de su banano a los puertos de Guayaquil por la principal carretera del país para exportación, que está colapsada y en peligro por El Niño.

Este no es un incidente aislado ni la inseguridad se circunscribe a temas portuarios. No hace mucho Nutreco, la segunda mayor firma exportadora de camarón, anunció el robo de 30 mil libras que los ladrones entregaron a una cooperativa, cuyos voceros le contestaron a la exportadora que cómo podían probar que el crustáceo fuera suyo.

Cordex, que aglutina a los exportadores de la Costa, cuantifica en 500 los incidentes de inseguridad en lo que va del año, las pérdidas causadas en $ 5 millones y a la inversión en servicios y equipos de seguridad en $ 200 millones.

El incidente de Puerto Bolívar es un indicio de la escalada de la inseguridad. La escalada amenaza extenderse a los puertos de Guayaquil.

La inseguridad del puerto no es nueva. En 1990 un celebrado periodista estadounidense, John McPhee, abordó un buque carguero de la línea Lykes que servía la costa del Pacífico de Sudamérica. Le impactó que el buque fuera abordado por piratas en el puerto de Guayaquil. El capitán de la nave le explicó que esto era rutinario, que todos los buques de la línea eran atacados, les robaban mercadería que desaparecía por los manglares, más todo lo de metal que se podían llevar, y que la policía no hacía nada. Pocos años después Lykes dejó de servir a Guayaquil.

McPhee escribió un extenso artículo sobre el crimen en Guayaquil para la influyente revista New Yorker, artículo que traduje y publicó EL UNIVERSO. Luego escribió un libro sobre su viaje, con gran éxito editorial, en que al golfo de Guayaquil se lo compara con el estrecho de Malaca (los piratas de Malasia) y la ensenada de Benín en el golfo de Guinea.

Peligra el servicio naviero a los puertos del golfo. Se impone adoptar una estrategia integral...

La inseguridad y su costo restan competitividad. Los puertos del golfo de Guayaquil desde Posorja a Bolívar en su conjunto son los que manejan el mayor volumen de exportación en el mundo del banano y camarón, tercero en cacao, una parte importante de las de atún (Manta lidera en este rubro) y la totalidad de las exportaciones ecuatorianas de cobre. La inseguridad amenaza al grueso de las exportaciones del país, principal rubro de ingreso de divisas y de empleo.

Peligra el servicio naviero a los puertos del golfo. Se impone adoptar una estrategia integral para traerlo bajo control. Cierto es que la tarea es cuesta arriba, mientras las cortes mantengan la tesis que la Constitución dispone que los delincuentes no deben ir presos sino salir libres con grillete. ¿Acaso es necesario, como en 2000, tocar fondo para que nuestros políticos reaccionen y tomen medidas radicales?

Agradezco a todos quienes me han escrito o llamado solidarizándose por la amenaza vía email que recibí, dirigida a todos los que hacemos opinión independiente y a los medios en que nos expresamos. (O)