El domingo debemos responder a las 11 preguntas que hace el presidente en el deseo de armonizar la legislación con la realidad nacional en algunos aspectos. Es nuestra responsabilidad, sin escuchar cantos de sirenas, votar por lo que le conviene al país. No se trata del destino de Daniel Noboa, sino del de los ecuatorianos, que enfrentamos uno de los momentos más graves de corrupción e inseguridad de la historia.

Mi voto por el Sí

El arbitraje es el camino

Cómo no estar de acuerdo con que se permita el apoyo complementario de las Fuerzas Armadas en las funciones de la Policía para combatir el crimen organizado, si hemos visto que esta es insuficiente y que la intervención de aquellas es indispensable. Cómo no establecer la extradición de delincuentes ecuatorianos, que tanto daño hacen al país, para que sean juzgados en otros lares. Cómo estar en contra de la creación de judicaturas especializadas en materia constitucional, para el conocimiento de las garantías jurisdiccionales, si se ha hecho uso y abuso de esta medida por jueces incompetentes desde todo punto de vista. Por qué no reconocer que el arbitraje internacional, como método para solucionar controversias en materia de inversión, contractuales o comerciales, es necesario para favorecer la venida de capitales extranjeros, que necesitamos para reactivar la economía, puesto que existe una justificada desconfianza en la justicia ecuatoriana. Por qué no adoptar el contrato de trabajo a plazo fijo y por horas, ya que ningún trabajador va a afectarse en sus derechos adquiridos y aumentará el empleo y aportación al IESS que tanto se requiere. Por qué oponerse a que las Fuerzas Armadas realicen control de armas, municiones, explosivos y accesorios, permanentemente, en las rutas, caminos, vías y corredores autorizados para el ingreso a los centros de rehabilitación social, para contrarrestar la peligrosidad que vivimos diariamente, así como que se incrementen las penas de los delitos de terrorismo y su financiación, producción y tráfico ilícito de sustancias prohibidas, delincuencia organizada, asesinato, sicariato, trata de personas, secuestro extorsivo, tráfico de armas, lavado de activos y actividad ilícita de recursos mineros, cuando por estos se ha socavado la paz y la seguridad ciudadanas y se han esquilmado los fondos del erario nacional. Cómo oponerse a que las personas privadas de libertad cumplan la totalidad de su pena dentro del centro de rehabilitación social en los delitos que atentan contra nuestra seguridad y bienestar. Por qué no tipificar como delito la tenencia o porte de armas, municiones o componentes que son de uso privativo de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional, o que las armas, sus partes o piezas, explosivos, municiones o accesorios, que fueron instrumentos u objeto material de un delito, puedan destinarse al uso inmediato de la Policía Nacional o de las Fuerzas Armadas. Cómo no aprobar que el Estado proceda a ser el propietario de los bienes que hayan sido legalmente declarados como de origen ilícito o injustificado.

Solo necesitamos un poco de coherencia para contestar sí a las preguntas planteadas por el presidente, seamos o no sus fanes. No sigamos la corriente de aquellos que se oponen, con el hígado o por sus intereses, al progreso y a la paz del Ecuador. (O)