Somos seres sociales, formamos grupos, nos juntamos con familia, amigos y personas que comparten nuestros mismos intereses. Buscamos reunirnos y llenarnos de sentido de pertenencia. Como seres humanos, hacemos comunidad y estamos más conectados de lo que pensamos. La ciencia habla de nuestros parientes los monos y dice que genéticamente somos 96 % idénticos, sobre todo a los chimpancés y a los bonobos. Si bien nuestro ADN comparte muchas características, ¿somos realmente monos?

Los libros de ciencias naturales antiguos afirmaban que las personas veníamos del mono y que ellos eran nuestros ancestros, pero hoy se sabe que los humanos no descendemos de los monos ni de ningún otro primate actual, sino que compartimos un antepasado común. Cuál exactamente aún está en debate.

Entre los experimentos sociales que se han realizado con monos destaca el de los cinco monos. Empiezan cinco monos en una jaula con una escalera que tiene un racimo de bananas en la parte de arriba. Un mono sube la escalera para llegar al racimo y el investigador rocía a los demás con agua helada, cuando un segundo mono sube por las bananas los demás son rociados. La tercera vez que uno de los monos intenta subir, el resto del grupo no lo deja y le caen a golpes. Luego, un nuevo mono, ajeno al grupo y que nunca ha sido rociado con agua, entra a la jaula. Antes de que este se acerque a la escalera, todo el grupo le cae a golpes y lo mismo sucede con otro nuevo mono que es introducido. Los nuevos monos no conocen el castigo, sin embargo, se unen a la golpiza cada vez que uno nuevo ingresa a la jaula. La lección de este experimento es que como grupo no cuestionamos ciertos comportamientos y a pesar de esto, nos unimos a lo que hace la gran mayoría sin saber ni siquiera el porqué de lo que estamos haciendo. Lo mismo se puede ver en situaciones de miedo y angustia. Vemos que estas emociones invaden a la gran mayoría de nuestro grupo y sin cuestionarlo, lo sentimos también e incluso seguimos las decisiones colectivas sin parar a cuestionar por qué lo hacemos.

Por qué los humanos, a diferencia de otros primates, no tenemos el cuerpo completamente cubierto de pelo

En los últimos 4 años hemos vivido épocas de mucho tumulto y caos, ¿qué tanto nuestros comportamientos han reflejado características de primates durante este tiempo? Estudios científicos recientes (2021) han encontrado que nuestra naturaleza humana no se parece a la de los monos. Somos capaces de infinita maldad, de maltrato, de tanta oscuridad, de hacer cosas a otras personas que los monos nunca harían a uno de los suyos. Y a la vez somos capaces de infinita bondad, de altruismo, de empatía y dedicar nuestra vida al servicio de los demás sin esperar nada a cambio.

La realidad es que somos seres más elevados que los simios; tenemos entendimiento, nos proyectamos, soñamos con un futuro diferente, un futuro mejor. Es importante siempre conectar con esa parte de nosotros que nos caracteriza y no olvidar que tenemos infinita empatía y capacidad de servicio hacia los demás. Y eso que realmente nos separa de los monos es la capacidad de escoger frente a la adversidad, ¿dejo que mi lado animal tome las riendas de mi vida o permanezco en calma y dispuesto a ayudar a las personas que me rodean? (O)