Sectores productivos justamente inquietos por los obstáculos que afectan el flujo de carga hacia los puertos guayaquileños, que podrían profundizarse con el aumento que traería la ya vigente ejecución del TLC con la República Popular China que incrementaría el volumen de las exportaciones no petroleras, con valores entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, provocando congestionamiento vehicular en las vías de acceso a las terminales y molestias a la población circundante, ha llevado a expresiones que, examinadas con detenimiento e imparcialidad, contienen sugerencias fuera de la realidad que conviene precisar. Como hemos manifestado en anteriores artículos, merced a costosos esfuerzos empresariales ha sido posible ofrecer una operación segura y eficaz en las terminales privadas de la zona portuaria de Guayaquil, con capacidad instalada y experiencia suficientes como para satisfacer la actual demanda y la futura que provocaría el referido convenio con China y la que origine el próximo a suscribirse con la República de Corea del Sur.

Hasta 30 horas de espera para dejar contenedores en puertos del sur de Guayaquil, exportadores reportan pérdidas

Un planteamiento, manifestado a este Diario por insatisfechos ciudadanos, asevera que “el sector demanda con urgencia la redistribución de la carga en función de la capacidad de cada terminal…” de lo que se deduce que se aspiraría a que el Estado regule esta dinámica actividad que corresponde exclusivamente al ámbito privado que, en el caso de intervenir el Estado, conduciría a burocratización peligrosa e innecesaria que concluiría en grave centralización que definiría a qué lugar debe ir la carga, decisión fundamentada en la libre y diáfana competencia, determinada por costos, seguridad, facilidades, rapidez de la operación y confianza en el servicio, marcadores del destino final de los carguíos que llegan y de los que salen del territorio nacional.

Transportistas que esperan turno para entrar al Trinipuerto causan caos vehicular

Existen ejemplos en lo acontecido en otros países, cuando en Chile, en la época gubernamental del fallecido presidente Salvador Allende, de lo que fuimos testigos por nuestro desempeño desde el Programa del Banano, se instituyó el direccionamiento de la carga, lo cual lejos de mejorar situaciones parecidas a las relatadas, se afectó a las más eficientes empresas para favorecer discrecionalmente a otras que por diversas circunstancias no tenían suficiente capacidad competitiva, provocando una debacle producto de la ausencia de claridad y transparencia como demanda un negocio en que los niveles de productividad económica son tan limitados.

Medida ante demora en puertos del sur de Guayaquil: camiones harán fila en un punto de chequeo previo con más colaboración de autoridades

En buena hora que los actores del sector, en reuniones con gremios y autoridades, acordaron introducir aspectos de coordinación para la movilización y llegada que, con la contribución de todos, especialmente entre exportadores y transportistas, conducirían a superar las dificultades, sabiéndose que la solución definitiva estará dada en la eficacia y cumplimiento de la promesa gubernamental y municipal para resolver los problemas de acceso vial y para dar seguridad y tranquilidad a los vecinos, siguiendo el consejo de ampliación de avenidas y mayor iluminación, ratificándose que el “problema no es la capacidad de las terminales, sino las limitaciones de las vías de acceso…” a los puertos. (O)