Por Francisco Arosemena Robles

Es noticia positiva, en estos días, el proceso de “empalme” o transición cumplida entre los gobiernos saliente y entrante de nuestro país, con el apoyo metodológico de un equipo técnico especializado del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD–. En continuidad con esta acertada iniciativa, surge ahora la oportunidad de retomar el Sistema de Información y Gestión para la Gobernabilidad Democrática –Sigob–, un proyecto regional del PNUD para Latinoamérica y el Caribe, probado en 27 países durante 30 años e implementado en Ecuador gracias a la previsión del presidente Gustavo Noboa, en tiempos que, al igual que hoy, requirieron alta eficiencia, transparencia y articulación en la gestión pública, desde la Presidencia de la República.

El Sigob continuó operando en el período de gobierno que lo sucedió, pero fue desactivado posteriormente. En toda organización, los resultados dependen de la exitosa ejecución de una estrategia acertada, por un equipo de profesionales competentes, con sistemas de soporte adecuados. En el Estado más aún, pues el mejor plan de gobierno, aún con gabinetes de lujo, corre gran riesgo sin una herramienta efectiva de management, para priorizar, liderar y comunicar la acción gubernamental. Por ello, en octubre de 2000, por orden presidencial, se firmó con el PNUD el convenio de implementación del Sigob, con el objetivo de fortalecer la capacidad institucional de gestión de la Presidencia de la República. Desde la Secretaría de la Presidencia, a mi cargo desde febrero del 2001, operamos con 7 módulos: 1) Agendas del Poder Ejecutivo (Programas de Acción Gubernamental –PAG–); 2) Reingeniería de Procesos; 3) Correspondencia y Archivo; 4) Agenda Presidencial (audiencias); 5) Integración de Agendas Estratégicas del Poder Legislativo, Judicial, Sociedad Civil, y Comunidad Internacional; 6) Proyectos de Decretos y Leyes; y 7) Agenda de Comunicación. Complementariamente, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo –BID–, en el año 2002 reforzamos la infraestructura informática y de telecomunicaciones de la Presidencia, para enlazar en red al Sigob, de manera segura y confiable. Así, a inicios del 2003, entregamos al nuevo gobierno un sistema integral de gestión con tecnología de punta.

En los gobiernos, como en la aviación, son críticos el despegue y el aterrizaje. El Sigob fue de gran utilidad, entre junio del 2002 cuando asumí el Ministerio de Economía y Finanzas y enero del 2003 al término del mandato presidencial. En coordinación con la Presidencia de la República, junto al ministro de Gobierno y el equipo Sigob, priorizamos semanalmente los limitados recursos financieros, para atender las necesidades programadas y emergentes, respetando los techos presupuestarios.

Paralelamente, transparentamos a la sociedad civil los movimientos desde la caja fiscal, para lo cual desarrollamos, en tiempo récord, un sistema de consulta de transferencias on-line/real-time, también desactivado posteriormente.

Detalles técnico-operativos del SIGOB se encuentran en las páginas web https://sigob.org y https://erc.undp.org/evaluation/documents/download/15378 como referencia histórica de una exitosa experiencia de cooperación nacional e internacional a reeditar. (O)