Una de las historias de mayor simbolismo respecto del significado de la Nochebuena es quizás la denominada Tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial, contienda bélica reconocida como una de las más sangrientas y crueles en la historia de la humanidad. Al respecto se menciona que habiendo transcurrido los primeros meses desde el inicio de esa guerra, los aliados y los alemanes se habían enfrascado en duros combates, especialmente en los frentes de Bélgica y Francia, intercambiando disparos “sobre una franja de tierra de nadie en la que soldados heridos y muertos yacían esparcidos”. Sin embargo, al llegar la Nochebuena, los alemanes colocaron árboles iluminados en los parapetos de la trinchera, uniéndose los aliados en un alto al fuego espontáneo, dando lugar así a la conocida Tregua de Navidad.

National Geographic describe con acuciosidad la historia de dicha tregua de la cual hay pruebas y documentos gráficos incuestionables; como un capítulo especial de esa historia se hace mención, con especial énfasis, a los partidos de fútbol que a lo largo del frente de batalla jugaron las tropas británicas y alemanas, enfrentándose entre sí en un marco cargado de confraternidad y emoción. En realidad esos partidos de fútbol, improvisados por cierto, aparecen en casi todos los memoriales de la Tregua Navideña, siendo muy conocido el que exhibe una pelota de fútbol sobre una base con la leyenda “Una pausa en el odio”; se señala también que los oficiales al mando de las tropas pronto pusieron fin a la tregua ordenando a sus tropas que regresaran a las trincheras para proseguir con los encarnizados combates. Para los estudiosos de la Primera Guerra Mundial, el simbolismo de la Tregua de Navidad y los partidos de fútbol que se celebraron entre tropas enemigas demuestra que la paz es posible cuando existe la voluntad de abrazarla.

En los últimos años, sin embargo, ha surgido un revisionismo histórico que no cuestiona la veracidad de la tregua, pero sí de que se hayan celebrado esos partidos de fútbol, a tal punto que hay historiadores que argumentan que la mayoría de esos partidos de la Navidad de 1914 fueron “relatos de terceros basados en rumores o juegos que nunca sucedieron”; el diario británico The Guardian aseguró incluso que los partidos de fútbol de la tregua navideña fueron en realidad hechos míticos que en todo caso iluminan el sinsentido de la guerra, quedando la duda que por cuál razón se convirtieron en parte tan importante de la historia de dicha tregua. Los combatientes vivieron el día de Navidad de 2014 como un día libre, “una celebración festiva y una oportunidad de satisfacer su curiosidad sobre un enemigo que sabían que tenían que desarrollar pero que no sentían la necesidad de odiarlo”, eso sí, sin partidos de fútbol de por medio.

Realidad o fantasía, el relato de los partidos de fútbol de la Tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial ha permitido durante décadas crear un simbolismo especial que está más allá del revisionismo histórico. En realidad y sin perjuicio de creer o no, hay historias que no necesitan ser ciertas para ser las mejores. (O)