Hace pocos días se anunció una intervención de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria en la Cooperativa de Ahorro y Crédito CREA.

Igualmente se anunció que los depositantes serían pagados por la Cosede (Corporación del Seguro de Depósitos, Fondo de Liquidez y Fondo de Seguros Privados), institución que fue creada para que en caso de existir la liquidación de una entidad financiera, dicha institución pueda pagar a quienes han sido afectados, hasta 32.000 dólares por el valor de sus depósitos.

Posterior a ese anuncio, se ha dado la reconfortante noticia de que la mayoría de los depósitos serán transferidos a otras cooperativas, a las mismas que también se les transferirán activos de CREA.

Este es un muy acertado paso que demuestra que ha existido gestión por parte de las autoridades, sean estas superintendentes, Banco Central o cualquier otra autoridad de gobierno o del sector público que hayan estado en la estrategia y en la gestión de este acertado paso.

¿Y por qué es tan importante? Porque la experiencia y la historia de cómo resolver las grandes crisis financieras demuestran que siempre la mejor opción es que la entidad en problemas sea absorbida por las entidades que están solventes. Recurrir en países con moneda propia al Banco Central para préstamos de liquidez emergentes o recurrir a las agencias de seguros de depósito debe ser siempre una última instancia. Por lo tanto, al haberse anunciado primero que el Cosede pagaría y luego que se va a absorber por parte de cooperativas solventes el problema de la que está insolvente es un cambio sumamente positivo.

El Ecuador tiene enormes problemas estructurales que le han impedido crecer y que siguen pesando sobre el futuro de nuestra economía. Pero a diferencia del año 1999, hoy la banca está sumamente solvente. Sus índices de liquidez y patrimonio, y demás provisiones, son muy aceptables. Y si bien es cierto que el sistema cooperativo se ha venido depurando de un crecimiento excesivo, hay muchas entidades en ese sector con capacidad de apoyar y ayudar en el proceso de depuración.

En este sentido es muy saludable la ley reformatoria que permite la unificación de las dos juntas que hacen política monetaria y financiera en una sola. Esto da mucha mayor gobernanza en caso de una crisis financiera, y facilita además la toma de medidas en el sector financiero.

Cuando el público se da cuenta de que instituciones solventes adquieren los activos y pasivos de las que están en problemas, se vuelve evidente que no es un problema sistémico sino focalizado. Si ante la primera situación de riesgo el Cosede actúa, se puede pasar la idea de que es una situación sistémica que ningún banco o cooperativa quiere asumir.

Lo hemos dicho en muchos lugares y a través de esta columna también, que los dos pilares sobre los cuales se puede apuntar a una recuperación del Ecuador desde el punto de vista del sector privado son la fortaleza que muestra el sector exportador y la solidez que muestra el sistema financiero. (O)