Los ecuatorianos son personas alegres, afectas a los feriados y en su mayoría a los espectáculos públicos. Sin embargo, al estar –el feriado de carnaval y las actividades masivas– en medio de un conflicto armado interno y bajo los lineamientos del estado de excepción, todo cambia en pro de la seguridad.

El viernes pasado, el Ministerio de Gobierno explicó en un comunicado que el Decreto 135 determinaba que, en el ámbito de sus competencias y en coordinación con las instituciones pertinentes, las intendencias de Policía del país podrán autorizar eventos públicos, actividades turísticas y similares en lugares donde no exista riesgo de violencia, con evaluación previa.

Aprobación de eventos masivos será determinada por intendencias

Las intendencias dependen del Ministerio de Gobierno, que expuso las reglas: “para las actividades con aforos superiores a 400 asistentes los responsables de las mismas deberán presentar un exhaustivo y detallado plan de seguridad y riesgo para su análisis y evaluación, previo a su autorización, previo a su autorización”.

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Cumplir con dicho plan es obligación de quien organice un espectáculo, sea artístico, social o deportivo. Vigilar que se cumplan los compromisos para garantizar la seguridad de los asistentes, así como haber expedido la autorización, es responsabilidad de la autoridad de gobierno.

Las reglas claras permitirán que no se frenen las actividades económicas, pero a la par es imprescindible que organizadores y ciudadanos asistentes cooperen con las disposiciones para que no haya riesgos. La seguridad sigue siendo la prioridad.

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Los trámites para la aprobación de los eventos se realizarán en las intendencias de cada provincia, independientemente de las gestiones requeridas por los municipios. En el país, 61 ciudades aún cuentan con la restricción del toque de queda y se encuentran en niveles alto y medio de inseguridad. En estas, cualquier espectáculo debe hacerse en horario permitido y con la autorización de sus intendencias.

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La seguridad depende de todos y, más allá de la diversión, hay que precautelar la vida. Autoridades y ciudadanos deben coincidir en ello. (O)