Tras cuatro días de descanso, ayer los ecuatorianos volvieron a sus actividades normales, y las cifras que dejó el feriado de noviembre (por el Día de los Difuntos y la Independencia de Cuenca) son favorables al turismo y al comercio, tan golpeados en una realidad agobiada por la violencia, dificultades económicas y un convulsionado ambiente político tras un mes de paro y el inicio de una campaña electoral.

De acuerdo con datos del Gobierno, la ocupación hotelera promedio fue del 44,1 %, un incremento de 11,6 puntos respecto al año anterior. Las provincias con mayor nivel de ocupación fueron Napo (74,1 %), Santa Elena (70,4 %) y Tungurahua (66,9 %). En tanto, Guayas registró una ocupación del 33,4 %, superior al 31,7% reportado en 2024.

El gasto turístico alcanza los $ 76 millones (16,3 % más que en 2024). El número de viajes turísticos aumentó a 1,1 millones (+ 14,6 %).

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El reciente feriado nacional también se traduce en un balance altamente positivo para dos de las ciudades más importantes de Ecuador, Manta y Cuenca. La Alcaldía de Manta dijo que el feriado movilizó alrededor de $ 7’000.000 en ingresos para el cantón. Tuvo una ocupación hotelera del 80 %, y un 70 % en plataformas como Airbnb. Aproximadamente 300.000 personas la visitaron desde el sábado 1 hasta el 4 de noviembre. En tanto, Lorena Guillén, directora ejecutiva de la Fundación Municipal Turismo de Cuenca, proyectó una ocupación hotelera que podría alcanzar el 98 % e incluso el 100 % en el balance final.

En el caso de Imbabura, la provincia más afectada durante el paro (con pérdidas de alrededor de $ 70 millones), el feriado le dio un respiro que aporta a su recuperación con una gran cantidad de visitantes (hasta el lunes, más de 15.000 vehículos habían arribado).

Es alentador que los ecuatorianos no tengan miedo de movilizarse para redescubrir su país, algo que también impacta favorablemente en la economía de varias localidades de las cuatro regiones. Hay que seguir trabajando con ese objetivo. (O)