El Gobierno central acaba de entregar una garantía soberana a la Prefectura del Guayas para un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF) por 50 millones de dólares, destinado a financiar un Programa Integral de Desarrollo Productivo y Social.

La garantía soberana la emite el Estado a los Gobiernos locales o seccionales a manera de aval para que un Municipio o Prefectura pueda acceder a créditos de organismos internacionales para obras concretas. Si el deudor principal no cumple con su obligación, en el plazo debido de pago, la responsabilidad recae en la Presidencia garante.

En las últimas semanas, el Gobierno de Daniel Noboa ha repetido la acción con varias provincias y cantones, incluido Guayaquil, donde la garantía soberana permite acceder a un crédito que llevará en dos años agua potable a Monte Sinaí y zonas aledañas. El trámite no estuvo libre de polémica entre el alcalde Aquiles Alvarez y el régimen.

Publicidad

Noboa y Correa protagonizan nueva fricción por entrega de garantía soberana a Guayas

El avance de las obras favorece a la ciudadanía. Cuando los políticos empiecen a comprender que lo correcto es trabajar en equipo, sin priorizar los intereses de las tendencias políticas por las que fueron elegidos, Ecuador caminará hacia un verdadero cambio.

Y no solo eso. El pueblo es sabio y al final es el mayor juez de los políticos que cada cuatro años, o antes, van a las urnas para ser evaluados. Las autoridades no pueden perder de vista que el mandante está alerta al accionar de cada una, a que cumplan con sus responsabilidades y promesas. La demagogia y las riñas serán condenadas con toda certeza.

Las garantías soberanas no son una herramienta nueva; se han usado en regímenes anteriores y seguirán vigentes. Los que las obtienen y los que las firman adquieren un compromiso que, si bien tiene implicaciones económicas, alcanza su mayor reconocimiento en la población que es atendida y en organismos internacionales que mantendrán la oportunidad de recurrir a ellos si hay seriedad y honestidad. (O)