Tras el escándalo de los carnés de discapacidad obtenidos de manera fraudulenta para acceder a beneficios tributarios, que involucró a asambleístas, deportistas y jueces, entre miles de casos en los que funcionarios los otorgaron sin exámenes médicos de respaldo, se derogó la entrega de carnés y se dispuso que la calificación de discapacidad con porcentaje y tipo conste en la cédula de identidad.

Sin embargo, se requieren ajustes para que el trámite no se torne una tortura. Este Diario conoció que las personas que inician el proceso de calificación de discapacidad pueden demorar más de un año, entre citas de valoración en los centros del Ministerio de Salud Pública (MSP) y fallas tecnológicas, hasta lograr actualizar la cédula de ciudadanía con esa información.

El reconocimiento de discapacidad no solo sirve para acogerse a las medidas afirmativas, como descuentos en las planillas de servicios básicos o importar vehículos con exenciones del pago de tributos establecidos en la Ley Orgánica de Discapacidades, sino también para acceder a los servicios de ayuda social que brindan entidades especializadas en diversos tipos de discapacidades.

Publicidad

El MSP ha informado que se ejecuta una depuración y hay procesos administrativos en contra de los funcionarios involucrados en la emisión fraudulenta de los carnés. Que se hayan inactivado unos mil de ellos, otorgados con irregularidades, deja ver que la práctica estaba alcanzando niveles de sistematización.

Para lograr que el proceso del reconocimiento de discapacidades sea eficiente, es preciso que los recursos tecnológicos en la transmisión de información estén exentos de fallas y que se acorten los plazos del trámite de citas y de las evaluaciones. De lo contrario, se podrán repetir casos como el de Natalia Suárez, de 20 años, a quien le tomó quince meses ser reconocida como una persona con discapacidad. De no corregirse las demoras y evitar las peripecias de quienes sí padecen discapacidades, puede volver a ocurrir que se ofrezcan ayudas con interés. (O)