La justicia no puede ser laxa. Este lunes la policía liberó a tres personas que se encontraban secuestradas y sufriendo torturas que solo el relatarlas lacera los sentidos.

Liberan a tres comerciantes en el norte de Guayaquil: secuestradores pedían $ 100.000 a familiares

No se puede juzgar la expresión de indignación del uniformado en el operativo cuando se refiere a los secuestradores y detalla que a una mujer de 69 años le sacaron uñas y con una fosforera le quemaban la planta de los pies. Con ella estaban secuestrados otra de 34 años y un hombre de 50.

Los que sí deben ser juzgados con severidad son los cinco detenidos por este delito. Pedían 100.000 dólares por liberar a la rehén de la tercera edad.

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La única manera de detener a la delincuencia organizada es con justicia inflexible. No puede haber pretextos como la falta de denuncia cuando los hechos están a la vista y hay evidencias.

En Balao, Policía protagoniza enfrentamiento para liberar a mujer por la que pedían $ 100.000

Es grave que los ciudadanos empiecen a reaccionar como se ha visto en los últimos días linchando a delincuentes. No se trata de defensa a quienes no tienen piedad con sus víctimas, sino de que funcione la institucionalidad, de que los jueces hagan su trabajo, apliquen las leyes sin perdón ni temor. Tienen todo el respaldo de la población para ello.

Tras el rescate de los secuestrados, la policía destruyó con explosivos la casa de caña donde los mantenían, y el fuego contaminó una vivienda vecina. Los reclamos aparecieron y en medio de eso, los uniformados recriminaron a las personas del sector no haber llamado a la autoridad cuando la mujer era torturada, a lo que se respondió que las bandas las tienen amenazadas de muerte.

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Ahora hay detenidos y la justicia debe cumplir su rol, sin piedad para los que no la tienen, pero el caso debe despertar la conciencia de todos. Es posible hacer denuncias anónimas, mas no se puede guardar silencio cómplice ante un delito.

Destruyen con explosivo casa donde mantenían secuestrada a una adulta mayor, pero en la acción se contaminó con fuego otra vivienda

Las leyes deben funcionar. Si la Policía está cumpliendo con el deber de detener a delincuentes, es inconcebible que con recursos dudosos salgan en libertad a seguir delinquiendo. (O)