En un mundo moderno donde las tendencias revelan, a través de la tecnología, lo que las audiencias están consumiendo tal como desde el siglo pasado lo hacían los rankings en la televisión, las noticias positivas suelen pasar inadvertidas. Esta semana lo relacionado con los excesos de carnaval en Salinas y Morona Santiago o que Guayaquil haya pasado del puesto 50 al 24 en la lista de ciudades más violentas del mundo en una medición del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México destacan entre lo más leído en el país.

No dejan de constar en los listados las informaciones sobre Shakira y Piqué o la nota local del desempleo de Carolina Jaume. Pero no es lo único que ofrecen las parrillas informativas en Ecuador, más allá de ser lo que los usuarios digitales más leen, reproducen o comparten, según la data que arroja la tecnología.

Hay noticias positivas que hacen pensar que no todo está perdido o es absorbido por el desenfreno carnavalero, la delincuencia, la superficialidad o el canibalismo político. Que una mujer de 70 años termine sus estudios secundarios y esté próxima a graduarse. Que en su camino estudiantil de adulta mayor sus nietos sean su apoyo en materia de la misma tecnología que revela que las audiencias poco se dejan seducir por historias motivadoras como la de Josefina Chaguay, grita que hay esperanzas, como lo dice su nieto de 18 años que será quien le coloque la muceta en la ceremonia de bachillerato.

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Que Marcelo Torres Vera, un hombre que en 2016 perdió una de sus piernas, hoy siga luchando por su sueño de competir en los paralímpicos a pesar de sus dificultades con la prótesis, habla de perseverancia, de que hay ecuatorianos en la cotidianidad batallando por su progreso y metas. Observar que hay hombres y mujeres que con escasas oportunidades progresan en un emprendimiento o en sus producciones agrícolas habla de gente trabajadora. En Ecuador aún hay noticias motivadoras, no debemos dejarlas perder en la marea del impacto o el escándalo. (O)