Jacqueline Kennedy no tenía una forma de hablar convencional. Es en parte neoyorquina, parte de escuela privada del Atlántico medio, y resulta discordante para la mayoría de los oídos modernos. Natalie Portman recuerda sus primeros días en el plató de “Jackie”, a donde llegó hablando de lleno con ese característico acento dejando perplejo a su director, el chileno Pablo Larraín.