El estudio de una comisión asesora del Gobierno de Estados Unidos recomienda que se hagan más experimentos con marihuana y con otros estupefacientes a fin de aclarar cuáles son sus ventajas y desventajas.

La falta de datos sobre el tema, dice el documento, constituye un peligro para la salud pública, según el reporte de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos.

Advierte que pacientes, médicos y dirigentes políticos necesitan pruebas empíricas para poder tomar decisiones acertadas en el campo de la salud. Los expertos revisaron los estudios relevantes realizados desde 1999, y derivaron de ahí casi 100 conclusiones sobre los potenciales beneficios y riesgos del uso medicinal de la marihuana.

Publicidad

Hay varias razones por las cuales faltan datos sobre el tema. Si bien el Gobierno estadounidense ha aprobado algunos medicamentos que contienen ingredientes hallados en la marihuana, sigue clasificándola como una sustancia ilegal e impone numerosas restricciones a los experimentos sobre su uso.

Por ello, los científicos tienen que soportar engorrosos trámites burocráticos para poder realizar esos experimentos, y muchas veces se les hace imposible.

El estudio, por ejemplo, halló que la marihuana alivia el dolor crónico y que sustancias afines alivian las náuseas que acompañan a la quimioterapia. En distintos niveles, también se ven beneficios en el alivio de espasmos o calambres musculares característicos de la esclerosis múltiple.

Publicidad

Además, hay indicios de que la marihuana o sustancias afines estimulan el apetito en la gente que sufre de sida o de VIH, y atenúan los efectos del síndrome de estrés postraumático. Pero el estudio aclara que no hay evidencias que acrediten que la marihuana sirve para tratar el cáncer, la inflamación intestinal, la epilepsia, el mal de Parkinson o las adicciones.

Sin embargo, informa que está en desarrollo un estudio en Colorado (EE.UU.) sobre los efectos de la marihuana para tratar el síndrome del estrés postraumático. (I)