Imposible sustraerse de la emoción de ver figurar a varios de nuestros deportistas entre los mejores del mundo en los Juegos Olímpicos. Vimos batallar a Angie Palacios por una medalla en halterofilia y lo logró en la división de 71 kilogramos. Un bronce, a los 23 años, en París 2024 y un diploma olímpico en Tokio 2020. ¡Cuánto futuro en la década que, de seguro, durará la brillante carrera de la amazónica!

Se agrega esta presea al oro de Daniel Pintado en la marcha de 20 kilómetros y a la de plata en relevos mixtos, con Daniel y Glenda Morejón (en una distancia maratónica de 42 kilómetros y 195 metros). Cuando escribo esta columna, el galardón de bronce fue alcanzado por la pesista Neisi Dajomes, nuestra medallista de oro en Tokio, en los 81 kilogramos. Nos falta aún su compañera, la orense Lisseth Ayoví, tercera en el Campeonato Mundial celebrado en 2023 en Riad, Arabia Saudita, que buscaba subirse al podio en la madrugada de este domingo 11 de agosto.

¡Memorable actuación! Angie Palacios logra medalla de bronce en los 71 kilogramos de levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos París 2024

Cinco mujeres ecuatorianas han ganado medallas en las dos últimas ediciones de Juegos Olímpicos: Neisi Dajomes, Tamara Salazar, Glenda Morejón, Lucía Yépez y Angie Palacios. Esto hay que remarcarlo.

Publicidad

La halterofilia, nombre dado a esta rama deportiva que conocimos siempre como levantamiento de pesas, ha sido muy pródiga en éxitos internacionales. A finales de los años 40 la introdujeron en Guayaquil, en su forma moderna, José Aguirre Luque y Agustín Arroyo Yerovi. La Liga Deportiva Estudiantil (LDE) y el gimnasio del Instituto de Educación Física en la Casona Universitaria fueron las cunas de esta actividad. Alberto Bayas Rivera y Homero Campuzano llegaron a ostentar récords sudamericanos en la década de los 50, lo cual fue igualado por Carlos Torres Balladares en los 60.

Ya más cerca en el tiempo es imposible olvidar a dos grandes halteristas tricolores: Seledina Nieves y Alexandra Escobar. Seledina fue medallista de plata en los Juegos Panamericanos de 2003, en República Dominicana. Cuatro años más tarde, en los Panamericanos de Río de Janeiro, la esmeraldeña ganó oro en la categoría de más de 75 kilos. Fue campeona en los Panamericanos de Guadalajara 2011 y séptima en los Juegos Olímpicos Londres 2012. Consiguió la octava medalla de bronce para Ecuador en levantamiento de pesas en la categoría de más 75 kilogramos en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en 2017 alcanzó bronce en el Campeonato Mundial de Anaheim, Estados Unidos.

Otra estrella de esta auténtica ‘generación dorada’ del levantamiento de pesas fue Alexandra Escobar, campeona mundial en 2001 en Antalya, Turquía, donde obtuvo medalla de oro en la modalidad envión, categoría de menos de 55 kilogramos. Otros logros inolvidables de Alexandra fueron sus tres títulos panamericanos: en Santo Domingo 2003 (con récord del torneo), Río de Janeiro 2007 y Guadalajara 2011.

Publicidad

Con 41 años la esmeraldeña intervino en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Eran los quintos para Escobar, que debutó en los de Atenas 2004, estuvo en los de Pekín 2008, cuando terminó en quinto lugar, repitió en Londres 2012 y en los de Río 2016, en los que alcanzó el cuarto puesto de la clasificación final.

Todos los deportistas de Ecuador que están en París han hecho el máximo esfuerzo por cumplir, pero lo de Lucía Yépez es sencillamente conmovedor. Cuántas angustias debió pasar para poder prepararse adecuadamente. No tenía dinero para transportarse internamente, peor para viajar a los países donde debía competir, lo cual era un requisito imprescindible si quería obtener un cupo para París 2024. Le faltaban uniformes de entrenamiento, zapatillas, suplementos vitamínicos. Solo contaba con la armadura de su espíritu guerrero, marcial, batallador.

Publicidad

Por esos mismos días, el entonces ministro del Deporte, Sebastián Palacios, organizaba un show para festejar que el Gobierno al que servía había declarado al deporte como “política de Estado”, lo cual debía significar que los deportistas del nivel formativo y de alto rendimiento recibirían los fondos necesarios para su preparación. Todo fue una tomadura de pelo, una burla humillante.

El Ministerio del Deporte no entregaba a los organismos deportivos los fondos presupuestados porque el Ministerio de Finanzas se enredaba en su acostumbrada burocracia. El Comité Olímpico Ecuatoriano acudió en auxilio de la Tigra y, mediante concurso privado, la envió a Europa para que se alistara rumbo a los Juegos Olímpicos. Hoy es la número uno del ranking mundial en los 53 kilogramos, medallista de plata en París 2024 y una heroína para el país y su tierra, Mocache, que celebra por segunda vez un título mundial. En febrero anterior, Luis Bajaña Pérez, gran nadador, conquistó dos medallas de oro en el Mundial de Natación Máster realizado en Catar.

¿Cómo ha recibido el periodismo nacional la actuación de nuestros atletas en los Juegos Olímpicos? Muchos se emocionan, pero otro sector responde con desdén, y algunos con poco interés. Incluso, un comentarista de un canal de televisión de una ciudad sureña le restó valor al bronce de la combativa Angie Palacios. “Debió ser oro”, reclamó.

En la misma gloriosa jornada en que Pintado y Morejón ascendieron al podio y que la Tigra aseguró la plata, un jovencito que hace gala de su ignorancia con un entusiasmo digno de mejor causa propuso este debate: “¿Con Sebastián Beccacece la Selección debe jugar con línea de tres o de cuatro?”. Cuando el director del programa —un periodista de verdad y muy respetable— lo reconvino, su respuesta fue: “Es que ese y el regreso de Robert Arboleda y Gonzalo Plata son los temas del día”.

Publicidad

Por último, dijo que los diplomas olímpicos no valen nada, en muestra de ignorancia pura. Esto que transcribo no es invento ni ficción. Es una realidad del periodismo actual, con las honrosas excepciones que es de honor salvar.

“Si no ganamos una medalla más, lo de París es un fracaso”, sentenció otro que solo conoce los estadios y únicamente sigue el fútbol. No es gratuita esa postura. Gozando del verano en una perezosa, hemos visto una foto del presidente de Fedeguayas, que ha sepultado el deporte de la provincia, antes lleno de gloria. Su interés está en asediar a los presidentes de las federaciones ecuatorianas por deporte para lograr la adhesión a su eventual candidatura a la presidencia del Comité Olímpico Ecuatoriano.

¿No lo creen? Pues la campaña ya arrancó y la dirige la misma persona que desató una persecución injusta contra Richard Carapaz, la que hizo marchar a Morejón con zapatos rotos, a quien la destrucción de la piscina del Centro Cívico no le importó, la que dijo que había conseguido $ 4.000 millones para que Ecuador sea sede del Mundial de Fútbol 2030, la que se negó a revelar los resultados de la intervención de la administración de Pierina Correa en Fedeguayas, y la que colaboró en instalar al mismo Ibáñez en esa entidad.

Ya asesinaron y sepultaron al deporte de Guayas. Ahora ´pretenden apoderarse del COE para acabar con los Carapaz, Narváez, Dajomes, Pintado, Morejón, Palacios, Ayoví, y todo lo que huela a posibilidad de triunfos internacionales. ¿Caerán los presidentes de las federaciones ecuatorianas en la trampa que, con ayuda de un periodismo interesado, se cocina en sucesivas reuniones de cuyos asistentes tengo una lista? Dios salve al deporte ecuatoriano. (O)