En los 68 años que tengo en el deporte, en diferentes facetas, nunca había presenciado tanto entusiasmo por realizar un torneo internacional como el que han mostrado el ministro del Deporte y el presidente de la Federación Deportiva del Guayas. En otras épocas habríamos aplaudido tanta vehemencia, si no fuera por las circunstancias económicas, técnicas, de infraestructura y de inseguridad que vive Guayaquil, escogida como sede de los Juegos Bolivarianos 2025. Ninguno de estos factores ha sido analizado en profundidad por quienes deben manejar el tema.