Marcelo Bielsa acapara elogios unánimes por el notable desempeño de la selección charrúa en las eliminatorias al Mundial 2026. Aplaudidas faenas incluyen triunfos inobjetables sobre Brasil en Montevideo y frente a la Argentina de Lionel Messi, en Buenos Aires. Bielsa confirma que es garantía permanente de cosas positivas -resultados y buen juego- por donde va. Su impronta es profunda e imborrable en México, Chile, Inglaterra, Francia y Argentina. Y Uruguay sueña gracias al Loco.

El célebre estratega argentino no llegó por su voluntad a la capital oriental. No tocó ninguna puerta. No forzó a nadie para ser contratado. Los responsables del acertado fichaje del prestigioso entrenador son los dirigentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Anónimos funcionarios de la AUF lo buscaron luego de tomar una decisión crucial y ambiciosa. Allá sí hubo un estudio y un plan.

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Se inclinaron por Bielsa luego de analizar qué cosas eran más convenientes para que la celeste muestre hoy una agradable cara futbolística, exhiba una tendencia ofensiva inaudita (con trece goles tiene el mejor ataque del premundial) y después de una rápida reconstrucción Uruguay ha asumido un protagonismo arrollador que muestra en Montevideo y también fuera de su casa.

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‘Hay que explicarle que Ecuador no es Qatar y que la Selección juega feo’: Raúl Avilés, exdelantero de Ecuador y su descarga contra el técnico Félix Sánchez Bas

Con el entrenador contratado por la Federación Ecuatoriana de Fútbol y sus dirigentes ocurre casi lo mismo que en Uruguay. Félix Sánchez Bas no aterrizó en Quito por su voluntad. Tampoco tocó las puertas del semidespoblado edificio de la FEF, en la avenida Las Aguas. El español no forzó a nadie para firmar un contrato. Pero a diferencia de Bielsa, Sánchez Bas no tiene un aval laboral que lo respalde y por ello hoy la Selección juega como lo hacía Qatar bajo el mando del español en el Mundial 2022: a nada.

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Lo buscaron los directivos de la Ecuafútbol, pero nadie conoce a ciencia cierta en qué se basaron para traerlo y qué pretendían. ¿Olvidaron que Sánchez Bas tiene el triste récord de ser el técnico del peor combinado local en la historia de la Copa del Mundo de la FIFA? A diferencia de sus pares de Uruguay, quienes manejan la FEF no fueron ambiciosos ni sabios. ¿Funciona la Comisión de Selecciones? ¿Qué estudio hicieron? ¿En verdad les gustó el estilo de Qatar dirigido por el español? ¿Qué forma de juego se quería para Ecuador al traer al resultadista europeo? Nada de aquello ha sido dicho por Francisco Egas, presidente del organismo.

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Es que la Federación no comunica nada. Por ejemplo, que Gustavo Alfaro no iba a renovar se supo por la filtración de un periodista argentino. Que Alfaro iba a demandar a la FEF se conoció a través de la prensa albiceleste. Las motivaciones jurídicas del TAS para sancionar con la resta de 3 puntos, por el caso Byron Castillo, fueron difundidas por EL UNIVERSO, que tuvo acceso al laudo arbitral. Que el Tribunal Federal de Suiza falló en contra de la apelación de Ecuafútbol lo hizo público esta entidad después de que lo revelaron diarios de España y Chile.

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Hoy las recriminaciones contra Sánchez Bas comprueban que, al menos para los aficionados, es tan relevante que la Tricolor gane como que juegue a algo, que juegue bien. Quienes lo ‘importaron’ se refugian en la clandestinidad de un silencio hermético. Egas pasa de agache. No da explicaciones, no declara, no aclara. ¿La Selección es el equipo de todos? Solo para la venta de boletos y de camisetas. Una rueda de prensa para decir “esto sucede”, “vamos a conversar con el DT”, “pediremos un informe” es impensable.

Cuando el dirigente quiteño se anima a hablar con los medios de comunicación va a donde se siente cómodo, a donde sabe que no será cuestionado, a donde de antemano conoce que no habrá preguntas difíciles. Con argumentos de escaso fondo en marzo anterior dio pistas de las débiles causas del fichaje de Sánchez Bas. Dijo, entre otras cosas: “Futbolísticamente nos conoce muchísimo”. ¿De dónde conoció a Ecuador? ¿Por los 90 minutos jugados contra Qatar en la inauguración del Mundial 2022? Según Egas también pesó este otro aspecto para ofrecerle el cargo: “Es un entrenador muy estudioso”. ¿Acaso no lo era Ricardo Gareca, quien divulgó que tras 50 días de negociaciones la FEF lo dejó colgado?

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Y para rellenar el discurso, pretendidamente explicativo, acerca de la vinculación de Sánchez Bas, hace ocho meses Egas pronunció varias frases entusiastas, pero con el mal olor a la demagogia que empleó cuando presentó a Jordi Cruyff en enero del 2020. Aquella vez aseguró, entre una lluvia de papel picado: “No solo buscamos un técnico de la Selección mayor. Buscamos un proyecto, buscamos los líderes de un proceso que nos va a convertir en una potencia mundial del fútbol”.

De la Selección que hoy no juega a nada (o “juega feo”, como estimó Raúl Avilés. O como opinó Álex Aguiinaga: “La verdad, la Selección no me gusta”), Egas también confesó tener esta infundada visión futurista respecto al adiestrador: “Con este nuevo proceso (el de Sánchez Bas) queremos pasar a ser protagonistas a nivel mundial. ¡Es hora de dar un gran salto!”. De análisis real, cero.

Antes de la Copa del Mundo del 2022 el portal especializado Puskas Editorial hizo una radiografía de Qatar, conducido por Sánchez Bas y varios puntos remiten de inmediato a la Tricolor de estas eliminatorias.

Decía la nota: “Qatar está acostumbrado a no tener el balón en sus partidos. Se organiza desde un sistema en 5-3-2 con y sin la bola, sin ser valientes en la presión y resguardándose en un bloque medio-bajo”. Se añadió que “se escuda más en hacer los partidos largos y broncos, que altos de ritmo y limpios en duelos”. Y que “Qatar casi nunca busca apretar a la primera línea rival. Es un equipo de un ritmo lento”.

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El 18 de octubre anterior Jorge Barraza escribió en su columna en EL UNIVERSO: “Muy posiblemente Ecuador llegue al Mundial 2026, eso no parece estar en peligro, pero la gente quiere ver jugar mejor a un plantel muy calificado, con el que se podría intentar otra cosa. No deja de sorprender la velocidad con que la FEF contrató a Sánchez Bas luego de su calamitosa actuación con Qatar en el Mundial pasado (...) en este arranque de eliminatoria Ecuador ha quedado reducido simplemente a buenos futbolistas. También hay que bajarle los decibeles a algunos nombres propios”.

Actualmente la Selección está mejor en la tabla de posiciones que en el terreno de juego. Ha derrotado sin convencer a Uruguay, Bolivia y Chile, pero más que celebraciones hay protestas. En el estadio Rodrigo Paz, luego de la victoria 1-0 sobre la Roja, un grupo de aficionados le pidió a gritos a Sánchez Bas que se vaya. Los reclamos contra el español arreciaron luego del 0-0 en Venezuela, en uno de los partidos más horrorosos de este breve ciclo de diez compromisos (cuatro amistosos).

En Uruguay todos se riden ante Bielsa, mientras los directivos que los ficharon observan satisfechos tras bastidores. En Ecuador todos los palazos y quejas son dirigidos contra Sánchez Bas, pero quien lo contrató pasa inadvertido, pero no por la humildad que muestran sus colegas charrúas. No dice ni pío.

Si por fortuna hay clasificación al Mundial 2026 es probable que Egas reaparezca yeufórico declare bastante. Hasta eso, en las horas mas complicadas Sánchez Bas, al que Egas llamó “el entrenador que Ecuador merece”, es el único depositario de las protestas. La dirigencia de la FEF, que tiene la obligación de dar explicaciones al país futbolero, ha dejado solo al español. (O)