Miguel Rondelli, entrenador de Emelec, dijo que la derrota 2-1 con Aucas, del domingo pasado, no le preocupa. Declaró eso porque, según él, su equipo fue protagonista en Quito y jugó bien. ¿Qué puedo contestar? Es cierto que perdieron ante el equipo que es el campeón nacional vigente, pero ese rival que los venció presentó una alineación alterna. Si a Rondelli no le inquieta esa derrota, hay que recordarle que con Emelec en el 2023 ha perdido cuatro partidos al hilo: ante Orense, Delfín, Danubio y Aucas.

‘Nadie sabe la verdad sobre Dixon Arroyo, han dicho cosas que no son ciertas y me da bronca, no sé cuáles son los intereses que buscan’, el malestar de Miguel Rondelli, técnico de Emelec

Rondelli recomienda “no ver fantasmas”, pero Emelec ha perdido a Dixon Arroyo, el jugador nacional más sólido que ha tenido en los últimos años, por un evento que no tiene explicación oficial porque no se ha dicho mucho sobre las razones de esa desvinculación.

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¿Cómo se puede perder a un futbolista vital si se conoce que tenía en discusión con un club una deuda de $ 40.000? No era más. Arroyo era patrimonio de Emelec y 24 horas después de su alejamiento del club se anunció la contratación de Arroyo por un equipo de la MLS (Inter de Miami). Esta situación tiene parecido a lo que sucedió con el uruguayo Sebastián Rodríguez, otro elemento clave para Emelec (que se marchó gratis al Peñarol).

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¿Cómo puede decir Rondelli que no está preocupado si ninguno de los futbolistas extranjeros de Emelec marca diferencias? Además, los eléctricos están décimos en la tabla de posiciones y si eso no lo intranquiliza, entonces, ¡Dios mío! El técnico argentino reclamó, luego de caer ante Aucas, que se hablen pavadas y que se vean fantasmas donde no hay.

Entonces, qué son los reclamos de los jugadores (a la dirigencia), la huelga de un día (en respaldo del plantel a Arroyo), quedarse sin un volante valioso como el guayaquileño, perder cuatro partidos entre el torneo de la Liga Pro y la Copa Sudamericana, y estar en el décimo puesto entre 16 equipos de la tabla. Esas no son pavadas y tampoco todo aquello es ver fantasmas que no existen.

Lo único razonable que dijo Rondelli en la rueda de prensa, tras la pérdida en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda fue esto, que lo apunté: “Tenemos una bronca acumulada, la venimos arrastrando y es una mochila que a nosotros nos pesa”. Eso le puedo creer, eso es la verdad. El resto son excusas sin ningún peso.

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En otro orden, nos sorprende mucho que en tan poco tiempo la dirigencia de Emelec (que asumió en noviembre del 2022) tenga estos problemas tan serios. Antes para nada se hacían de conocimiento público los inconvenientes porque me imagino que no existían. O si había se los controlaba perfectamente bien, como debe ser. Hoy la única opción que tiene Emelec para mejorar es que los futbolistas que están lesionados representen una gran respuesta cuando se recuperen. Miler Bolaños en algo ha probado que puede ser clave, pero jugar solo con Miler no es la solución.

Hay otros elementos a los que se les debe exigir que eleven su nivel y muestren categoría futbolística. Si Emelec trajo a dos volantes centrales, un número cinco y un ocho (el argentino Carlos Villalba y el uruguayo José Alberti), y con ellos no alcanza, hay jugadores nacionales que son superiores a ellos. Además, se repatrió a un goleador como Bryan Cuco Angulo, pero ocurre que ha jugado muy muy poco como para compensar la gran inversión y esfuerzo hechos por la directiva.

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Varios elementos deben ganar en jerarquía y solo si esto ocurre, si mejoran su desempeño, tal vez se podría decir que Emelec tiene un equipo que se sustenta en dos o tres elementos importantes. De ahí, el resto de jugadores son una verdadera incógnita. (O)