Lo preguntamos en un foro de periodistas: ¿qué es mejor, tener un gran goleador o un gran técnico…? “Un gran goleador”, fue la respuesta general. Con todo respeto, disentimos: preferimos un magnífico entrenador. Este hará que aquel marque goles. Y que todo el equipo trabaje eficientemente en función de ello. La comprobación más palpable se llama Erik ten Hag, el notable estratega holandés. Asumió en julio del año pasado el Manchester United. En medio de las llamas provocadas por las derrotas, el hartazgo de años de vacas flacas y los desmesurados gastos en contrataciones, el foco mayor del fuego: Cristiano Ronaldo, esa montaña de ego. Con 37 años, además. Se negó a hacer la pretemporada e intentaba mandar en el vestuario. Y que todo el equipo trabajara en función suya, sin asumir que no estaba ni para ser titular. Y siendo que el exentrenador del Ajax apuesta por lo colectivo. Todas las individualidades en favor del conjunto. El Manchester debió elegir entre el técnico o el goleador. Optó por lo primero.

Ten Hag se armó de tolerancia, manejó como pudo el enfrentamiento, soportó desplantes del portugués, hasta que decidió, junto con la dirección del club, rescindir el contrato de Cristiano. Ahí se liberó la presión y el United se convirtió en una máquina de ganar. Con la salida del ‘7′ se dio otro efecto colateral, explotó Marcus Rashford, quien en poco más de media temporada lleva 25 goles y 7 asistencias. Y la noticia del millón: apareció en primer plano Alejandro Garnacho, 18 años, la joya del club, un punta desequilibrante, encarador, veloz, superfrontal, ambicioso y con gol. Dos aviones caza. “No hay tantos jugadores como Garnacho”, declaró Ten Hag tras la última victoria (3-1 al West Ham), tratando de no agrandar demasiado al chico nacido en España, pero que juega para la selección argentina.

El 7 de agosto se inició la temporada para el United y para Ten Hag. Por la Premier, cayeron de locales 2-1 ante el Brighton. A la fecha siguiente, la humillación total: derrota por 4 a 0 ante el humildísimo Brentford. En la conferencia de prensa posterior, Erik se despachó sin anestesia: “Les pedí que jueguen con convicción y responsabilidad, no lo hicieron… Necesitamos nuevos jugadores, y jugadores de calidad. Solo si nos mantenemos unidos lo superaremos”. También esbozó: “Es demasiado el trabajo que nos espera”.

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Puso manos a la obra, ficharon a Antony (95 M€), Casemiro (71 M€), Weghorst (préstamo), el austriaco Marcel Sabitzer (préstamo), además de Lisandro Martínez (57 M€), llegado un par de meses antes. Y a base de trabajo y prédica los engranajes comenzaron a funcionar. En solo siete meses han logrado un milagro. Primero, Ten Hag se convirtió en el DT mancuniano que más rápido alcanzó el registro de 20 victorias con el club, al lograrlo en 27 partidos. Colocó al equipo en la tercera posición en Premier League, bien perfilado para obtener un cupo a la Champions. Acaban de eliminar al FC Barcelona en la Europa League, en la que ya están en octavos de final y con grandes chances; avanzaron a cuartos de final de la Copa Inglesa y acaban de conquistar la Copa de La Liga, venciendo al Newcastle 2-0 en Wembley. Copa que levantaron tras ganar 6 juegos, 6 triunfos, 16 goles a favor y 2 en contra.

Las expectativas han subido tanto que ahora los hinchas se ilusionan con hilvanar un triplete sumando la Europa League y la Copa Inglesa. Siete meses después de aquel comienzo catastrófico, el United es un rodillo. La confianza ha inundado el camarín y todos los que parecían descartes hoy se ven como figuras. Ten Hag ha recuperado jugadores como Luke Shaw, Harry Maguire, Wan-Bissaka, Jadon Sancho, Fred, Christian Eriksen, que hasta hace muy poco estaban en la rampa de salida. El United muestra un cambio anímico y físico notable: todos juegan y dejan el alma, el equipo ejerce una presión tremenda sobre el rival, retomó la agresividad de los tiempos de Ferguson y es muy efectivo en el área de enfrente, golpea duro. Rashford lleva 25 goles, Sancho 6, Antony 6, Martial 6, Garnacho 4: 47 entre los cinco. Pero también los volantes llegan y hacen red: Bruno Fernandes 7, Fred 6, Casemiro 5. Y, tan relevante como el ataque, es la defensa, que era un coladero. Luce firme, con Lisandro Martínez como bandera.

En este 2023, el Manchester United tiene 15 partidos jugados y solo ha perdido uno, nada menos que ante el Arsenal, el superpuntero de la Premier League, y en Londres. El calvo Erik ya suma 30 partidos ganados en estos siete meses y está encaminado a lograr lo que nadie en la historia del Manchester United: llevar a sus vitrinas cuatro títulos en su primer año en Old Trafford. Ni Matt Busby ni Alex Ferguson ni Mourinho ni Van Gaal pudieron con eso. Y habiendo arrancado con un ambiente tan desfavorable. El éxito lo mima a Erik: en sus últimos cuatro años en Holanda ganó tres ligas con el Ajax, y la cuarta fue definitivamente cancelada por la pandemia cuando compartía la punta con el AZ Alkmaar.

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Los hinchas olvidaron rápidamente a Cristiano Ronaldo y ya reciben con una ovación al comandante holandés, que puede marcar una época. En los despachos bailan: Ten Hag ha revalorizado a todo el plantel. Jugadores que iban a ser cedidos por monedas o dejados libres han recuperado cotización. Y algunos –caso Rashford o Garnacho– pueden ser estrellas mundiales a corto plazo. Posiblemente, en estos siete meses el DT holandés le haya hecho ganar a la familia estadounidense Glazer 400 o 500 millones de euros, pero, sobre todo, tranquilidad. (O)