Abrieron las puertas y el público no demoró en contagiarse con el reguetón de Bad Bunny. La música sonaba muy fuerte en el exterior del Palacio de Cristal. También los cánticos de los torcedores de Flamengo, que superan largo en número a los de Athletico Paranaense. Personas de todas las edades, nacionales y extranjeros, llegaron a la Embajada del Hincha para divertirse, comer, beber cerveza... y vivir la experiencia de una final de Copa Libertadores.