El técnico argentino Gustavo Alfaro está próximo a cumplir su primer año como seleccionador de Ecuador. Asumió el mando el 7 de septiembre de 2020 para el arranque de la eliminatoria al Mundial de Catar, tuvo un inicio auspicioso, aunque los últimos no han sido los mejores resultados, con siete juegos sin triunfos entre el premundial y la Copa América; sin embargo, destaca el manejo de una plantilla joven, de “mucho futuro”.

El estratega llegó a Ecuador para “aceptar el desafío” de clasificar con la Tri al Mundial, pero no asume como una “obligación” el ir a la cita en Catar el 2022.

Obviamente queremos estar, porque no es lo mismo ir que no ir, por eso todos tenemos ilusiones de jugar el Mundial, pero la obligación es para otros como Brasil y Argentina que han sido campeones del mundo y porque hay un montón de otras razones”, comentó el seleccionador nacional.

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De ahí que Alfaro no siente esa “presión” y busque enfocarse en “un proceso de trabajo” que está seguro tendrá frutos a largo plazo. “Así no sea yo quien culmine el ciclo”, indicó el argentino en una charla sostenida este miércoles en la Casa de la Selección.

Para el estratega, este proceso que lleva adelante en la Ecuafútbol “es un aprendizaje doloroso”, que se cumplirá con tiempo y trabajo conjunto. “Porque si uno entiende que solo una persona es la que viene a cambiar temas que son endémicos, nos vamos a frustrar antes de tiempo”, dijo.

Un balance del análisis de la nómina a cargo permitió a Alfaro “saber en qué lugar está Ecuador de acuerdo con el nivel de las ligas en que están jugando sus futbolistas”.

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En ese “plano de igualdad”, la Tricolor “solo está un poquito arriba de Bolivia y por debajo de todos los demás”, en la Conmebol.

Plantilla joven, ‘la base’

El trabajo del técnico argentino se direcciona a un “cambio de enfoque de lo que era la selección nacional, y en eso estamos”, dijo un DT que en sus últimas convocatorias ha contado hasta con 14 jugadores menores de 24 años, “la base y el futuro de Ecuador”, dijo Alfaro, aunque eso conlleve una “inferioridad” en cuanto a trayectoria con respecto a otras selecciones que tienen años de trabajo.

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“Para tener un nivel de experiencia como Perú, por ejemplo, que tiene un proceso de trabajo de seis años, se necesitan 24 partidos oficiales, es decir, una eliminatoria completa y una Copa América para ponernos en plano de igualdad mínima, o sea, un proceso de por lo menos tres años. El tiempo es así, lo podemos achicar sí, pero hay cosas que tallan en momentos decisivos como la experiencia, el manejo de tiempo y circunstancias”, explicó el entrenador argentino.

Ese grupo de jugadores jóvenes en la Tri “están en el camino y no hay dudas de que llegarán”. “Por eso creo que el futuro de Ecuador es enorme, porque tiene una generación extraordinaria de futbolistas, el tema es tiempo para que tengan las cosas vividas y experimentadas, esas que tienen que pasar para que en el momento en que estén en su máximo pico de rendimiento tengan esa prestación”, dijo Alfaro.

Gustavo Alfaro entiende que por distracciones, desconcentraciones y errores Ecuador ‘termina pagando demasiado caro’

Con la seguridad de lo que afirma, el seleccionador advierte que en un plazo de “cuatro años” la selección ecuatoriana tendrá una nómina experimentada y de jerarquía, pero esta es una época de transición. “Con miras a un cambio que llegará si el trabajo no se extravía, si no se pierde en las urgencias, si no se sale del camino, si somos respetuosos con el tiempo, del proceso y si atacamos cuestiones endémicas que están dentro del fútbol de Ecuador y del jugador de Ecuador; ahí es donde le damos el salto de calidad, le damos la transformación y vamos a poner el punto de inflexión que debe tener la selección”, expresó.

Según el estratega, cumplir ese proceso llevará a tener una selección consolidada “para que una clasificación de Ecuador a un mundial no sea esporádica o resultado de que se juntó una generación de jugadores buenos y eso nos dio una selección”.

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Alfaro habló también de conseguir una base sustentada en el fútbol ecuatoriano “para dar durabilidad a un proceso. El tema aquí es mirar hacia dónde va el mundo para tratar de ir con nuestro ritmo, a nuestra velocidad y de nuestra manera, para ver si podemos caminar a la velocidad que camina el mundo”, concluyó el seleccionador. (D)