El recuerdo de Marco Cerioni en Emelec responde menos a lo que logró –nada– y más a la curiosidad de su fichaje y a la fatalidad de su paso por Guayaquil a inicios de 1999. Italiano, arquero, exclusivamente contratado desde Europa para la disputa de la Copa Libertadores... A quien tuviera hace 23 años la responsabilidad de cuidar internacionalmente el pórtico de los millonarios le bastó su partido debut para protagonizar a la vez su despedida: tres goles recibidos en el Capwell y la sentencia de eliminación para los azules en octavos de final.