Antonella Mori, en la voz; y Carlos Hernández, en guitarra española y apoyo vocal, entonaron una rumba flamenca de gran calidad, provocando aplausos sin cesar del público asistente al restaurante La Placita.

Empezaron con My Way y la voz españolizada y penetrante de Antonella en registros medio-alto y trémula, acompañada de guitarra rítmica y melódica, seguida de Algo contigo, canción dramática de amor, todo en modalidad de flamenco. Con la gente que me gusta de Manuel Alejandro, aún más teatral y dramática procedió a Historia de amor, popularizada por Lucho Gatica el siglo pasado como el prototipo del bolero.

Adoro acentuó aún más el estilo flamenco con un punteo de guitarra para el bolero de Manzanero y el charrasqueo rítmico de Carlos para transformar La bohemia de Aznavour que nunca imaginó la rumba flamenca.

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A continuación el tema Corazón partío de Alejandro Sanz se convirtió en un tango flamenco en la voz cada vez más dramática y españolizada de Antonella Mori acompañada de la guitarra silenciosa de Carlos, para luego deslumbrar con la canción Moorea de Gypsy Kings, pistas de apoyo para la guitarra y una interpretación instrumental que se convirtió en lo mejor de la noche.

Burbujas de amor, de Juan Luis Guerra, fue convertida en un tango flamenco con la voz suplicante de Antonella y Bésame mucho, bolero clásico del siglo pasado, en guaguancó. Djobi. Djoba fue una gran combinación de guitarra y voz para interpretar a los Gypsy Kings con toda la polenta del caso.

Como quieres que te quiera, Que bonito y El meneíto todas de Rosario Flores destacaron la voz flamenca dramática de Antonella, así como el guitarreo espectacular de Carlos Hernández en el tema Que nadie sepa mi sufrir y Lágrimas negras de el Cigala. (O)