Al igual que en países desarrollados Guayaquil tiene un movimiento underground de música-ruido enfocado en una juventud descarriada.

Así, Manuel Ochoa, en la guitarra eléctrica; Henry Rojas, en percusiones; Maycko Ureta, en la voz y letra; y Henry del Valle, en batería, se juntaron en Plaza Colón frente a la iglesia de Las Peñas para enfervorizar aún más a un público imbuido de mosh-dancing a base de empujones que contrastaban con la seriedad y la quietud de Natalie Navarrete, community manager y relaciones públicas de esta banda Cabaré que ha destacado en los premios Rockarolla en Colombia y actuado como telonero de Mago de Oz de España, Rata Blanca de Argentina, Stereodrama de Alemania, entre otros.

Arrancaron con algo llamado Caída libre a gritos en voz áspera, siempre con letra filosófica, en referencia a la condición humana, con una batería muy veloz para luego disminuir el tempo.

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Hombre dividido, con la misma temática que la anterior, con distintas velocidades y una guitarra muy veloz puso a brincar al público al escuchar letra referente al “Tío Sam y su capital”.

A continuación, Un hombre muerto a puntapiés, alusivo a la literatura, mantuvo la brincadera con empujones de mosh dancing en el público estimulados con una batería sumamente dinámica.

Fragilidad mantuvo la tónica anterior con más guitarra y una percusión rápida al máximo, todo muy breve.

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Hay amores, a continuación, mostró al buen vocalista trepado espectacular en una caja y Hay amores, al final puso al público, reunido en la plaza Colón a cantar. (O)