El cine de animación desembarcó con ímpetu estos primeros días en San Sebastián. Desde la ceremonia de inauguración de la edición 71 del Zinemaldia, Hayao Miyazaki, el maestro de la animación japonesa, recibió el Premio Donostia desde Tokio poco antes de la proyección de El chico y la garza / Kimitachi wa dô ikiru ka, que se suponía que sería su despedida, agigantando su leyenda.