En estos días, en Cannes hemos apreciado en competición filmes valiosos como Two Prosecutors, el reciente largometraje de ficción del director ucraniano Sergei Loznitsa. Basado en una novela del físico y escritor ruso Georgy Demidov, quien fue víctima del Gulag, la película se sitúa en 1937, en plena Gran Purga estalinista.

La trama se centra en el joven fiscal Alexander Kornev /Aleksandr Kuznetsov), quien tras recibir una carta clandestina de un prisionero, inicia una investigación que lo enfrenta a la maquinaria opresiva del régimen soviético. Loznitsa emplea una narrativa austera y meticulosa, caracterizada por planos fijos y una paleta de colores apagados, para sumergir al espectador en la atmósfera claustrofóbica y paranoica de la época. La película evoca comparaciones con las obras de Kafka y Dostoyevski, destacando la burocracia deshumanizante y la corrupción institucionalizada.

El actor ruso Aleksandr Kuznetsov, protagonsita de 'Two Prosecutors', en Cannes, el jueves 15 de mayo de 2025. (Photo by Xavier GALIANA / AFP) Foto: AFP

Hay que destacar la capacidad del cineasta para retratar la opresión sistemática con una intensidad perturbadora. Así mismo, cabe elogiar la relevancia contemporánea del filme, aludiendo a paralelismos con situaciones actuales de injusticia y autoritarismo.

En definitiva, Two Prosecutors, a través de una historia ambientada en el pasado, ofrece una reflexión poderosa sobre los peligros del totalitarismo y la importancia de la integridad moral en tiempos de represión.

Entre las contadas participaciones de Iberoamérica en la sección oficial, desembarca Sirat, la nueva película del director español Oliver Laxe, quien regresa a Cannes, donde ha presentado todos sus trabajos. Se trata de una obra poética y sensorial que explora los límites de la búsqueda personal y espiritual en un mundo contemporáneo convulso.

El director franco-español Oliver Laxe en la rueda de prensa de 'Sirat', en Cannes, este viernes 16 de mayo de 2025. (Photo by Julie SEBADELHA / AFP) Foto: AFP

Ambientada en las áridas montañas del sur de Marruecos, la historia sigue a un padre (Sergi López) y su hijo (Bruno Núñez) en la búsqueda de Marina, hija y hermana desaparecida tras asistir a una rave en el desierto. Este viaje los lleva a adentrarse en un entorno desconocido y desafiante, enfrentándose a sus propios límites y a la esperanza de encontrarla en una última fiesta.

Laxe, reconocido por su vínculo con Marruecos y su trayectoria en la región, regresa a este escenario con Sirat, donde resalta su profunda conexión con la geografía y la cultura marroquí. La película es descrita por el cineasta como su obra más accesible y, al mismo tiempo, la más radical. Con una narrativa que combina elementos de road movie y exploración espiritual, Sirat se presenta como una reflexión sobre la búsqueda de sentido en tiempos de incertidumbre, utilizando el desierto como metáfora de introspección y transformación.

Haciendo honor a Francia, llegó el nuevo thriller judicial del director Dominik Moll, Dossier 137. Tras el éxito de La Nuit du 12, el realizador vuelve a explorar las tensiones morales dentro de las instituciones policiales, esta vez a través de la mirada de Stéphanie (interpretada por Léa Drucker), una inspectora de la IGPN (la “policía de la policía”) encargada de investigar un caso de brutalidad policial ocurrido durante una manifestación de los chalecos amarillos en París.

El director francés Dominik Moll y la actriz Lea Drucker en la presentación de 'Dossier 137' en Cannes, el viernes 16 de mayo de 2025. (Photo by Julie SEBADELHA / AFP) Foto: AFP

La investigación, que inicialmente parece rutinaria, da un giro personal cuando Stéphanie descubre que la víctima gravemente herida es originaria de su ciudad natal. Este hallazgo la enfrenta a dilemas éticos y presiones jerárquicas que cuestionan su propia percepción de justicia y su lealtad institucional. La película se adentra en las zonas grises del poder y la responsabilidad, abordando temas como la impunidad, la violencia estructural y la fragilidad de los valores democráticos. Con una narrativa sobria y una puesta en escena contenida, Dossier 137 continúa la línea de cine comprometido y reflexivo que caracteriza la filmografía del director.

En esta edición, Cannes también intenta dar más espacio a nuevos talentos prometedores. Sound of Falling, la segunda película de la directora alemana Mascha Schilinski, ha sido una de las revelaciones en Cannes. Ambientada en una granja del norte de Alemania, la película entrelaza las vidas de cuatro niñas —Alma, Erika, Angelika y Lenka— a lo largo de un siglo, desde la Primera Guerra Mundial hasta la actualidad. Cada una de ellas enfrenta las restricciones y traumas impuestos por una sociedad patriarcal, mostrando cómo el dolor y la opresión se transmiten de generación en generación.

La directora y guionista alemana Mascha Schilinski y la actriz Hanna Heckt en la conferencia de prensa de 'In die Sonne schauen' (Sound of Falling) en Cannes, el jueves 15 de mayo de 2025. (Photo by Xavier GALIANA / AFP) Foto: AFP

La narrativa no sigue una estructura lineal tradicional; en su lugar, Schilinski opta por una aproximación sensorial y poética, donde las imágenes, sonidos y emociones prevalecen sobre la lógica cronológica. Esta decisión estilística ha suscitado comparaciones con cineastas como Terrence Malick y Michael Haneke, debido a su habilidad para construir atmósferas cargadas y emocionalmente intensas.

La película ha sido reconocida por su ambición y profundidad, y figura entre las más destacadas del festival. No obstante, algunos críticos internacionales advierten que su narrativa compleja y enfoque abstracto podrían representar un reto para ciertos espectadores. A pesar de ello, Sound of Falling se presenta como una obra poderosa que invita a reflexionar sobre la memoria, el trauma y la resiliencia femenina a lo largo del tiempo. (O)