Desde el 5 de mayo sale al aire en Radio City Hablemos de ópera (domingos, 10:00), conducido por Nicolás Romero Sangster y Nicolás Romero Ordeñana, padre e hijo, aficionados a este género pero también a la difusión y al diálogo, en una serie que se extenderá hasta 2025, con 50 episodios.

La mayoría de ellos están basados en una creación de Romero Sangster, un seminario adaptado ahora al formato radial. La primera entrega fue una introducción, seguida de dos sesiones sobre ópera y cine, y otra sobre la popularidad de la ópera (ya disponibles en Spotify).

Nicolás padre dice que tanto él como su esposa disfrutaban de la música clásica y la ópera, de manera que sus hijos estuvieron expuestos desde la niñez a ellas, así como a la zarzuela u opereta española.

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Los episodios anteriores están disponibles en Spotify. Foto: Jorge Lozada S.

“En la casa o en el carro o en cualquier situación, había grandes probabilidades de que se oyera en algún momento; entonces se convirtió en algo cotidiano, y las conversaciones sobre eso también, sobre todo cuando mi hermano se adentra mucho más, porque decidió que esa sería su carrera” (ser tenor), confirma Nicolás hijo.

Así nació el seminario, que se dictaba dos veces por semana, una hora y media cada clase, por cinco meses. “Me costó dos años organizarlo y hacerlo basándome en una serie de libros que había leído”, dice Romero Sangster, y añade que también incluyó información de su biblioteca personal.

“Lo di dos veces en la Biblioteca Municipal de Guayaquil, y con mucho éxito, porque comenzamos con 80 personas y terminamos con 40, que es un muy buen número”. Después vinieron charlas eventuales en el Teatro Centro de Arte y, finalmente, la idea de una conversación entre los tocayos.

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El deseo, comparten, es instruir al público, pues están conscientes de que escuchar la palabra ópera puede generar rechazo o prejuicios. “Creen que es algo elitista, música de otro mundo, cuando realmente es preciosa y la puede disfrutar cualquier persona. Si le gusta el teatro, el cine y el bolero, también le gusta la ópera”, dice el mayor, haciendo notar que mucha de la emoción que le imprime la banda sonora al cine clásico y contemporáneo proviene de música orquestal y sí, muchas veces, incluye ópera.

“Queremos decirle al público: ‘Mira, ya viste ópera y te gustó’”, dicen, sentados en el estudio de grabación en el que acaban de hablar sobre los tipos de voces. Destacan que los tenores, por ejemplo, no son exclusividad de la música clásica, sino que triunfan en la música popular. Allí están Freddie Mercury, Luis Miguel y Juan Gabriel.

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En el futuro, esperan tener invitados: “Conocedores de ópera, productores musicales y cantantes ecuatorianos”, menciona Romero Ordeñana, y su padre nombra a Viviana y Álex Rodríguez. “Definitivamente, ópera (en Guayaquil) no existe”, admite, pero añade que las salas de cine de la ciudad tienen ciclos de megaproducciones de ópera y ballet.

“Sí ha habido ópera en el Centro Cívico, el año pasado un grupo liderado por Viviana Rodríguez”, dice el más joven. “El año pasado hizo tres”, añade el padre. “Y si usted entra a YouTube puede ver cualquier cantidad de óperas enteras, y en Spotify hay obras o ciertas temporadas”.

¿Qué le recomendarían a alguien que se inicia? Comenzar por la ópera bufa (cómica), por ejemplo, con El elixir del amor, de (Gaetano) Donizetti, a la que califican de bonita y sencilla, con un tema elemental.

“También pueden comenzar por la zarzuela”, opina Romero Ordeñana, ya que está en español e incluye diálogos no cantados. Y para continuar, ir escuchando el programa, porque están justo en el desenvolvimiento de la ópera, explorando los elementos esenciales, la orquesta, las voces, y pronto llegarán al momento en que una de estas obras se abrió por primera vez al público, pagando una entrada (antes era un privilegio de la nobleza).

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La radio, reflexionan los Romero, y sus ramificaciones digitales, es decir, los pódcast, mantienen vivo el género después de 500 años de historia. (F)