La palabra enatieza ingresó al Diccionario de la lengua castellana, de la Real Academia Española, en 1732 con el sentido de ‘descompostura, deformidad’. En esa época ya tenía la marca de voz anticuada. Después de cuatro siglos este vocablo aún figura en el diccionario académico; pero ahora tiene la etiqueta de término desusado (poco habitual o que ha dejado de usarse). La característica de «poco habitual» nos motiva a revitalizarlo en frases que se relacionan con alguien o algo que está desaliñado, sucio o descompuesto. Ejemplo: ¡Date un baño, arregla tu habitación!, ¡elimina esa enatieza de tu cuerpo y de tu entorno!