El kintsugi es una técnica ancestral de Japón que consiste en reparar con oro las piezas quebradas de porcelana. Pero también se ha convertido en una filosofía de vida. “El kintsugi viene de un emperador japonés que rompe una vasija muy preciada para él. La manda a reparar, pero se la devuelven con un arreglo grotesco. Él responde que la vasija debe verse más linda después de la rotura, así que pide que la reparen nuevamente”, explica la artista Patricia Meier sobre esa lección de vida que inspira parte de su obra en la exposición Meditation Pieces, que abrió la semana anterior en el Museo de Antropología y Arte Contemporáneo (MAAC), ubicado en el extremo norte del Malecón Simón Bolívar.