A sus 63 años, Esteban Valdés quiere honrar la personalidad, el carisma y el legado de su padre, el actor Ramón Valdés, en su nuevo libro titulado con una de las icónicas frases del personaje que lo lanzó a la fama en el programa El Chavo del Ocho, protagonizado por Chespirito.

“Con permisito, dijo Monchito”, decía Don Ramón antes de huir de cualquier aprieto en el que se hubiera metido. Pero luego de esta entrevista con su hijo, nos enteramos de que Ramón nunca huyó a sus desafíos como padre, sino que siempre buscó enfrentarlos con un gran sentido del humor y buena actitud.

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Es así como Esteban recuerda a su cariñoso y divertido progenitor y es así como lo retrata en su publicación.

La presentación oficial del libro será el jueves 9 a las 16:30 en la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas.

Nosotros crecimos con Don Ramón, pero viéndolo en la televisión, ¿cómo fue crecer con él como papá?

Tengo muchos recuerdos de esa persona que antes de ser famoso fue nuestro padre y fue un padre muy ejemplar porque fue muy similar a la vida que él representó en el programa El Chavo, es decir, un padre soltero, criando a una hija, sin dinero, debiendo la renta, buscando creativamente cómo ganar el sustento, así era mi papá en la vida real. No más que aquí éramos cuatro hijos (cuatro chilindrinos, bromea).

Pero mi papá logró eso, primero gracias a su amor, su creatividad y todo lo que hizo para que creciéramos aun con limitaciones en cuestión económica, pero con lo más importante, la unidad familiar.

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¿Y en la vida real también tenía solo dos pantalones? ¿El que lavaba y el que se ponía?

¡Casi! (risas) Y de hecho he traído los pantalones de mi papá que vistió en el programa. Allí tienes la exclusiva, para quien quiera verlos en la presentación, y también traje uno de sus sombreros.

¿Cómo nace la idea de crear este libro?

Este proceso me ha tomado casi seis o siete años, porque no me senté a escribir sin parar. A veces pasaban meses en los que no escribía nada o no me venía la inspiración. Pero lo que me motivó fue el agradecerle a la gente el cariño que tiene por mi papá, obviamente también por el personaje, pero es tan real ese personaje, que más de una persona me ha dicho que Don Ramón es el padre que todos hubieran querido tener.

¡Qué maravilla!

Y cuando conozcan a la persona que fue mi padre, pues van a quererlo aún más.

¿Usted lo acompañó alguna vez a las grabaciones?

Es una pregunta interesante porque si tu papá es doctor, no vas a ir con él al consultorio o si tu papá es arquitecto, no vas a ir con él a la construcción. Mi papá solo salía a trabajar. Únicamente habremos ido una o dos veces, tengo esos recuerdos de haber estado allí tal vez en un programa de El Chapulín Colorado.

Y actualmente, lo más padre es que tengo comunicación con todos los que eran amigos de mi papá, con Édgar (Vivar), Carlos (Villagrán), María Antonieta (de las Nieves) y hasta con Roberto Gómez Fernández (hijo de Chespirito). Eso para mí es otra herencia maravillosa que mi papá me dejó, que soy amigo de sus amigos, aunque él ya no está.

La portada tiene varias pistas que el lector entenderá tras leer la publicación.

¿Ellos ya recibieron su ejemplar de Con permisito, dijo Monchito?

¡Ah, claro! Sí, sí, sí. Cuando Carlos Villagrán (Quico) estuvo en Perú, César Salvatierra, de Discovery Books, le llevó este libro y estoy esperando un video que me va a enviar. También María Antonieta ya me hizo un video y le firmé su libro. Todos ellos ya tienen el libro y ahora hay que esperar su reseña, ver qué dicen.

Y ahora es el turno de Ecuador de tener este libro.

Sí, yo estoy feliz. Espero que toda la gente pueda venir el día 9 a la feria, en general, porque abarca muchos otros temas culturales. Yo me voy a presentar a las 16:30 del jueves, allí estará su servidor con muchas sorpresas.

¿Es su primera vez en nuestro país?

Es mi primera visita y me encanta. Aparte de todo, la comida, ¡no, hombre! Es maravillosa.

¿Y le ha sorprendido el cariño que le tienen aquí sus fanáticos?

Ayer que estaba caminando por el Malecón 2000, me encontré con dos chicos disfrazados de Spider-Man y del Duende Verde y me acerqué a pedirles una foto, pero cuando vieron mi libro, ellos también me pidieron una foto a mí. No se lo podían creer y eran chavos (jóvenes) de 17 o 18 años. Además, vimos a un artista que había pintado a mi papá en carbón y dije: “¡Miren, allí está mi papá!”. Así que sí, donde vayamos se nota el cariño.

¿Cuál es el mayor recuerdo que conserva de él?

Su amor. Él era un hombre muy amoroso y muy tierno. Sí, era enojón, sí, tipo ‘macho mexicano’, pero también cariño, afecto, muestras de cuidado. Fue el mejor. A veces decimos que fue una excelente madre, aunque teníamos a mi mamá Araceli (Julián), que fue increíble; él nos bañaba, nos cuidaba, nos hacía de comer.

Fue un papá moderno para su época.

Claro que sí.

¿Siente que este libro acercará el legado de Ramón Valdés a las nuevas generaciones?

Por supuesto. Aunque una persona leyera este libro sin saber quién fue Don Ramón. Digamos, alguien de Australia, el libro tiene muchos valores, muchas lecciones de vida. El libro está muy bien editado, muy bien narrado, obviamente tengo un equipo detrás y les doy gracias a Mónica García Diego, a Allan Morales, a César Salvatierra. Gracias a todos ellos estoy aquí.

Gracias a usted por regalarnos un ‘pedacito’ de su papá a todos los fanáticos de Ecuador. (E)