Martine Hartmans y su familia de cuatro han estado viviendo fuera de su país, Holanda, durante los últimos 20 años. En Filipinas e Indonesia, su casa estaba lejos de los negocios y supermercados. Ella comenzó a hornear su propio pan y a preparar y a vender platos holandeses desde casa: appeltaart (tarta de manzana), saucijzenbroodjes (rollo de salchicha), broodje gehaktbal (sándwich de albóndiga), bitterballen (bolitas picantes) y más.
Justo antes de la pandemia, se mudaron a Ecuador, y estuvieron un buen tiempo confinados, y eso también acrecentó la necesidad de la comida casera. “Como la pandemia ha terminado”, dice Martine, “encontramos rápidamente más holandeses y organizamos un encuentro regularmente, y hacemos un día de integración familiar en agosto”. Hay juegos tradicionales para los niños y un concurso de cocina. “¡El rollo de salchicha ganó ese día, y el bitterbal (especialidad de Martine) fue el número 2!”.
Hoy, en que verán el partido de su país de origen y su país de residencia, en la Copa del Mundo Qatar 2022, prometen estar nuevamente juntos. “¡Por supuesto que lo haremos con ropa anaranjada, una cerveza y un bitterbal!”.
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Como extrañan el sabor de los Países Bajos, aprovechan sus vacaciones para traer aquello que les gusta: galletas, mantequilla de maní, mostaza holandesa, quesos y hierbas. “Desafortunadamente, no podemos traer haring (arenque marinado) o gerookte paling (anguila)”, lamenta Martine.
Ella hace comida holandesa 2 o 3 veces a la semana. “Patatas, coliflor con carne, puré con chucrut o col rizada. Panqueques para los niños. “Y siempre hay bitterballen en el congelador”.
A los Hartmans les gusta vivir en Ecuador, a pesar de unos cuantos choques culturales como la dificultad para andar en bicicleta por la calle y la necesidad de tener una garita para que controle la entrada y salida de vecinos y visitantes. “Uno vive detrás de los muros”. Pero el hecho de que en este país se pueda pasar de la nieve a la playa en un día les parece especial.
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Martine comparte aquí la receta de los bitterballen y una recomendación: ¡Tómese su tiempo!
- El primer día hierva un consomé elaborado con vegetales y durante un mínimo de 3 y un máximo de 6 horas (con un litro de agua). Déjelo de un día para el otro en el refrigerador.
- El segundo día haga el ragú, con 500 gr de carne picada. Derrita 60 gr de mantequilla en una sartén, agregue 560 gr de harina y revuelva por 3 minutos.
- Agregue el caldo frío mientras revuelve, hasta que se cree un ragú cremoso y suave. Debe cocinarse a fuego lento durante 4 minutos.
- Sazone al gusto con sal, pimienta, nuez moscada, perejil y salsa Worcester.
- Vierta el ragú en un plato hondo y déjelo reposar en la nevera durante al menos 4 horas. Mejor una noche.
- Espolvoree 150 gr de pan rallado en un plato llano. Bata dos huevos. Forme bolitas con el ragú y páselas por el pan rallado, luego por el huevo batido y otra vez por pan rallado o también por panko.
- Ponga las bitterballen en la nevera durante al menos dos horas para que se endurezcan.
- Calentar aceite a 180 ºC y fría las bitterballen hasta que estén bien doradas. Si las deja poco tiempo, estarán frías por dentro al comerlas. (E)