Por la gran variedad de sopas que existen en el Ecuador (que son miles), por ser un potaje infaltable en las cocinas familiares de todos los estratos y por incluso ser uno de los platillos favoritos de su fundador, Mercado del Río (Malecón y avenida Colón) se apresta a celebrar su primer Festival de las sopas. El evento también surge como una celebración nacional desde que el portal internacional Atlas reconoció al encebollado como la segunda mejor sopa de pescado del mundo.

El festival reúne las sopas más icónicas de los 18 restaurantes de esta plaza gastronómica, un total de 45 potajes nacionales e internacionales se ponen a disposición del público desde el 1 de septiembre hasta el 10 de septiembre. Lo especial del evento es que contará con la participación del chef e investigador Édgar León, denominado “experto en sopas”, quien dará a conocer sus reseñas de cada preparación y con la ayuda del público se definirá cuál es la mejor sopa de Mercado del Río durante el transcurso del encuentro.

15 sopas del Ecuador, las más representativas de la gastronomía nacional y por qué están llegando a los listados internacionales

Ciertamente el chef León estará en su elemento por estos días. Por más de quice años ha estudiado las cocinas de todo el país, de todas sus regiones y carreteras, y ha llegado a la grata conclusión de que en nuestro territorio existen 4.754 sopas, tal como lo dejó por escrito en su libro Sopas, la identidad del Ecuador, que ganó el segundo premio al mejor libro de cocina del mundo en Gourmand World Cookbook Awards.

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“Quiero explicarles y poderles comentar que tenemos mucho más que ofrecer todavía”, ilustra el cocinero maestro en una entrevista telefónica a propósito de este cálido festival. “Tenemos una gran diversidad de sopas por regiones, por espacio físico y por productos... Y la creatividad que tienen los cocineros alrededor de los productos es multidinámica, porque somos muy recursivos al cocinar”.

La razón por la que los ecuatorianos tenemos la sopa en un pedestal de oro es porque lo relacionamos con el calor de la familia y de la nostalgia. “El calor humano que provoca una sopa en los ecuatorianos no conoce de clima, ni estatus social, ni geografía”, asegura León, de ahí que incluso en la Costa, con temperaturas que sobrepasan los 30 grados centígrados, busquemos el ardiente confort de una sopita recién hecha.

“Somos el único país que desayuna sopa, almuerza sopa y hasta en las fiestas, y después de las fiestas, toma sopa”, bromea, pero muy en serio el invitado de honor al festival, al igual de Nicolás Romero, fundador de Mercado del Río y mentalizador del evento: “Hace 30 años usted en cualquier hogar, sin importar el estrato social, si era niño y no comía la sopa no le daban el segundo plato”.

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A esto hay que agregarle una pizca de sincretismo sociocultural, que en morochos términos se puede entender como “sopa que nos gusta, sopa que hacemos”. Como explica León: “Sincretismo es que con la técnica de un francés, un italiano, un español o un asiático, nosotros interpretamos su preparación con productos locales ecuatorianos”. Y eso también se degustará en el encuentro con la oferta de los restaurantes de cocina internacional.

“Más allá de que sea nuestra identidad cultural, de que sea la joya de la gastronomía de la cocina ecuatoriana, no hay sitio en el país donde bajo el mismo techo se pueda pedir 45 sopas distintas, de siete países, incluyendo las tradicionales nuestras. Es una experiencia única que no se la pueden perder, puntualiza Romero. (E)