Sentada en el piso de su camerino, aún en vestuario y en el descanso de un show, la quiteña Beatriz Coronel se toma un tiempo para conversar de su carrera con EL UNIVERSO. Es el último día antes del estreno oficial de la obra en vivo de Trolls Dreamworks x CAMP Experience en Nueva York, en el que ella interpreta a la dulce Sparkles y a otros personajes secundarios.

Vivir en Nueva York haciendo teatro musical es un “sueño” para Beatriz, quien a sus 28 años ha asumido roles como Isabela en Encanto Disney Experience, Banita en el musical Big Ass Secret, y Marinela en Tree of Life del American Gothic Performing Arts Festival.

Beatriz como Isabela, en la obra musical Encanto. Foto: Cortesía

Beatriz se describe como una persona graciosa, extrovertida, enfocada y energética, cualidades necesarias en una actriz que se está abriendo camino en la Gran Manzana. El enfoque está en su carrera actoral, musical y teatral lo que considera una prioridad en este punto de su vida.

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Por eso aprovecha su energía para las jornadas en las que pasa en ensayos de todas las obras a las que se dedica en el momento. Aparte de Trolls, también ensaya para la obra navideña Fluffy The Pine.

Aunque su rutina sea despertarse, hacer ejercicio, ensayar y dormir, no duda del camino que está tomando su vida. Los días para esta actriz son largos, pero no es nada para lo que ella no se haya preparado.

Su formación empezó cuando apenas era una niña, apareciendo en programas musicales y en comerciales de televisión. En el 2004 comenzó su recorrido en los escenarios del país, guiada por el cantante quiteño Ricardo Williams y la exmiss Ecuador Susana Rivadeneira. Cantó en partidos de fútbol, en ruedas de prensa y en los concursos de la Reina de Quito.

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“Ahí empecé a ganar mucha cancha, a estar en escenarios grandes y ya a esa edad era una artista profesional”, recuerda Beatriz, quien valora la continua formación como una de las claves de su éxito.

Menciona que en el colegio también formó parte de una banda de rock, una experiencia destacada de su trayectoria musical.

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Potenciar su talento fue un punto importante durante su carrera en la Universidad San Francisco de Quito, donde obtuvo un título en Administración y Marketing, con una mención en Música. Luego tuvo la oportunidad de estudiar teatro musical en la American Musical and Dramatic Academy, de donde se graduó este año.

Lo mejor de hacer teatro musical, según Beatriz, es que cada día es diferente, el público es diferente.

“Siempre me vi en escenarios grandes”, suspira. “Nunca me vi solo quedándome en Ecuador. Para mí era llevar el nombre ecuatoriano mundialmente”, añade la artista.

Y fue en Nueva York donde encontró el campo artístico para expandirse y dedicarse a su vocación: “Mi meta, más que llegar a la fama, más que llegar a ser reconocida mundialmente, para mí es poder hacer esto todos los días y llegar a la gente”.

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Asegura que le encantaría regresar a Ecuador y realizar un proyecto en el país. Sin embargo, Beatriz cree que aún hay desconocimiento de la industria teatral, sobre lo que involucra montar una obra y la remuneración que merecen los artistas, pues compara entrenar para obras en vivo como entrenar para unas olimpiadas.

“Tienes que tener todas tus horas de descanso, tienes que estar entrenando todo el tiempo físicamente, mentalmente y estar enfocado de todos los días llegar y memorizarte un montón de líneas. Ecuador todavía está atrás de entender todo lo que estamos haciendo como artistas para poner este producto final”, señala.

Pero la actriz y cantante no planea dedicarse solo al teatro musical, sino incursionar también en el cine y la televisión. Tampoco descarta, eventualmente, dirigir y manejar artistas usando sus conocimientos de marketing y administración.

Por ahora, el proyecto que emociona a Beatriz Coronel será cantar en un exclusivo cabaré de Nueva York, 54 Below, donde pasan los artistas más reclamados de Broadway. Allí interpretará a uno de los personajes principales en la obra The History of the Mistery of Edwin Drood, el 23 de enero del 2024.

Lo que sea que depare el futuro, Beatriz espera que no la aleje del performance: “Es parte de mi sangre, parte de mí, siempre voy a estar en escenarios”. (E)