A sus 27 años, la guayaquileña Carolina Plaza ha iniciado una nueva etapa como influencer. Usted probablemente haya visto y escuchado a ‘Caro’ o ‘Carito’ todos los miércoles a las 20:00 en el podcast digital Sí Somos, donde comparte momentos y anécdotas graciosas de su vida junto a Gigi Mieles y Adrián Avilés. Cuentan con más de 190,000 suscriptores en YouTube y el número solo sigue aumentando.

Es la hermana de en medio, pues tiene dos mayores y dos menores. Aprendió a tocar el violín en un conservatorio por cinco años. Le gusta ver docuseries de crimen y suspenso, escucha de todo menos Metal y le encanta jugar Super Smash Bros., el videojuego de lucha de Nintendo. “Soy muy buena en ese juego. Ese es un gran dato que puedes poner en el diario para que mis contrincantes se piquen”, expresa entre risas.

Su carisma, entusiasmo y apertura con los demás la han convertido en una persona muy querida en redes sociales, pero no todos la conocen a fondo.

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¿Cómo te conviertes en una figura pública o influencer?

Toda fue de la noche a la mañana, fue un día para otro. Fue cuando empezó a trabajarse el proyecto de Suerte TV, ellos estaban buscando diferentes perfiles y querían a una persona low profile, que no tenga una plataforma pública, buscando ese perfil Luciana (Guschmer) dio mi nombre, me llamaron para una entrevista y el resto fue historia. Yo creo que ahí la lección es rodearse de amigos que dicen tu nombre en un cuarto lleno de posibilidades.

¿Qué pensaste de la propuesta para entrar a Suerte TV?

Si te soy sincera, yo pensé que era de esos proyectos que suenan tan bien, que nunca se terminan dando. De esos que terminan siendo prototipos que se quedan en la etapa de elaboración porque son muy ambiciosos. Yo me acuerdo clarito que fue en enero de 2023 cuando me llegó un mensaje de Luciana que decía “te recomendé para un trabajo, solo di que sí”.

Ella pensó en mí porque le preguntaron si conocía a una persona chistosa que le pasen tonteras y las cosas más random del mundo (risas).

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Yo creí que el programa tendría, por ejemplo, 8000 vistas en un capítulo, que igual es un montón de personas, pero nunca me imaginé la enorme cantidad que nos ven hoy en día.

¿Tuviste que audicionar para ser parte de Sí Somos?

A los dos días que me contactaron fui al canal, pero estaba pelado el estudio. Ahí tuvimos la primera reunión y cuando llego veo a Viviana Salame, entonces pensé que era un casting. Yo enseguida dije en mi mente “chuta es ella o soy yo. Obviamente ella me va a dar 8000 vueltas porque es una actriz”. Ya yo lo veía como una batalla perdida, pero luego nos dijeron que nos habían juntado para medir la química entre nosotros. Yo era su fan y la conocí ahí por primera vez.

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Nos dijeron que ya tenían a las seis personas para los dos podcasts, Sí Somos y Sorbito de Opinión. En esa primera reunión nos sentaron y me dijeron “cuéntate algo”. Tuvimos una conversación de cinco o diez minutos sobre mi peor chuchaqui.

¿Cómo reaccionó tu círculo cercano al ver el primer episodio de Sí Somos?

A mis amigos les encantaba. Pero como es de esperarse con quien tuve un proceso un poquito más rocoso de adaptación fue con mi familia, yo los venía preparando desde enero o febrero y el primer capítulo salió el aire en julio. Les decía “yo creo que no va a ser un programa como para mandarle el link a las tías ni a mi abuelita”, (risas).

Con el tiempo todo se fue nivelando, entendí cuáles eran los límites que ellos querían que yo respete y empezaron a comprender la modalidad del programa.

Hablemos de Carolina Plaza antes de Sí somos

Nunca lo he contado en el programa, pero yo nací con una complicación, con disfasia, un retraso del lenguaje como la dislexia, pero para el habla. Al principio no era extrovertida, no hablaba nada.

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Yo pasé años en terapia de lenguaje, a mi mamá le habían dicho que con las justas iba a comunicarme para decir “quiero ir al baño”, “quiero tomar agua” y que iba a tener un lenguaje muy limitado y pasé años, en terapia constante con la misma terapista y gracias a eso se me desarrolló personalidad, esa mujer hizo un milagro (risas).

Con el tiempo empecé a hacerme extrovertida y desde ahí siempre he sido, por ejemplo, la que se queda conversando con los papás de mis amigas, la que mandan a tocar primero la puerta o si es de pedir algo para algún proyecto no tengo problema. Realmente lo que yo muestro en el programa es tal cual como soy.

Mis amigas que viven fuera del país me escriben y me dicen que sienten que se ponen al día solo con escucharme en el programa. Esa fue una de las promesas que me hice a mí misma antes de empezar todo esto, yo no iba a crear un personaje y si es que algún día me ven aburrida, es porque yo no soy un payaso ni comediante.

¿Pensaste en ser influencer ?

Yo trabajaba en otras cosas, ofrecía servicios de branding y publicidad, aún lo hago. En la universidad estudié relaciones públicas y creo que es algo súper complementario al trabajo que realizo ahora como influencer.

Si yo hubiera sabido en el 2016 cuando me gradué del colegio que por cosas de la vida terminaría siendo una figura pública, igual elegiría estudiar mi carrera porque esta me dio un montón de herramientas para trabajar con marcas en redes sociales.

Siempre he escuchado que es muy sabio tener más de una fuente de ingresos, así que nunca he pensado en dejar de trabajar por ser influencer. Pero mi sueño siempre fue ser corredora de bienes raíces y espero en algún momento cumplirlo de alguna manera. Me apasionaba mucho de chiquita, yo lo veía en las películas y me parecía el trabajo más épico del mundo, pero aquí no había una carrera para estudiar eso.

Antes del podcast, también trabajaba mucho en la organización de eventos. Entonces me tocaba era comunicarme con influencers, les mandaba invitaciones a eventos que coordinaba y los llamaba de parte de las marcas. Nunca imaginé que iba a dejar de ser la que manda la invitación y que ahora mi trabajo sería ir a todos estos eventos y lugares.

¿Cómo es tu vínculo con Adrián Avilés y Gigi Mieles?

Yo de verdad creo que lo que más me gusta y valoro del programa es el equipo, no solo nosotros del elenco, sino también la producción. Pero obviamente hay algo especial con Adrián y Gigi, ellos son especiales.

Yo a Gigi la conocí en primer año de la universidad, me tocó trabajar con ella en esas materias que se comparten entre varias carreras. Siempre nos cruzábamos y nos saludábamos pero nada más. A Adrián lo conocía como actor de teatro porque había ido a ver sus otras. Nunca pensé que terminaríamos trabajando juntos.

Al principio no sabíamos cómo sería la mezcla de los equipos, existieron muchísimas pruebas, por ejemplo, Álex (Vizuete), Adrián y yo, o Gigi, Vivi y Luciana. Finalmente quedamos Adrián, Gigi y yo en Sí Somos, y Luciana, Vivi y Álex en Sorbito de Opinión. Los tres nos hemos convertido casi que en la misma persona porque nos queremos tanto y pasamos mucho tiempo juntos. Casi me pongo a llorar ahorita al hablar de ellos (risas). Enserio se ganaron mi corazón y siento mucha gratitud por este trabajo.

Con los de ‘sorbito’ como te decía, Luciana es mi amiga desde el colegio, a Daniel (Reinoso) por una amiga en común, pero a Álex lo admiraba mucho de lejos, porque no lo conocía. Imagínate esa experiencia de pasar de admirar a todas estas personas a aprender de ellos y ser de su confianza.

¿Qué has aprendido hasta ahora en tu camino como influencer?

He aprendido mucho. La importancia de cuidar las palabras, porque soy nueva en esto. También siempre tengo presente ser agradecida, trato de responder la mayor cantidad de mensajes de las personas que me escriben en Instagram o TikTok.

Siempre voy a decir sí a tomarme una foto, darle un abrazo a alguien y cada vez que pasa me emociono más. (E)