Una inolvidable travesía de al menos 24 horas desequilibró las emociones de Don Francisco durante su más reciente viaje.

Mario Kreutzberger, nombre real del famoso presentador chileno de 83 años, tomó un vuelo a Texas con el fin de conocer el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón, una experiencia que ocuparía al menos tres días de su agenda llevándolo lejos de su casa en Miami.

Antes de irse a dormir a la noche de su llegada, el comunicador notó que no tenía entre sus pertenencias el medicamento con el que trata su insomnio, llamado Lunesta, y que se vende con “receta retenida” en Estados Unidos.

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La angustia de Don Francisco por su trastorno del sueño

A través de las redes sociales, Don Francisco compartió un post en forma de artículo al que llamó “Algo no anda bien aquí - Una noche de insomnio”, cuya narración coexiste con la que expuso anteriormente sobre su diabetes.

El artículo de Don Francisco relata su angustia por recobrar el descanso después de quedarse sin su medicamento para el insomnio por casi dos noches. Foto: Instagram @donfranciscotv

En sus párrafos más destacables, detalló: “No sé si por la preocupación, que se sumó al enojo que me produjo el olvido y la falta de sueño, estuve despierto desde las 10 de la noche hasta las 8 de la mañana (del día siguiente)”.

Así mismo, el animador chileno confesó haber vivido una odisea desde que su médico personal le manifestó no poder hacerle llegar su receta de un estado a otro. En vista de esto, se sometió a una extensa evaluación con un médico local, para terminar enfrentándose a una gran frustración por la indiferencia de una farmacéutica.

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“La farmacéutica me informa que, aunque pague de mi bolsillo tampoco puede entregármelo porque tiene ‘receta retenida’. A esta altura, la desesperación ya se me notaba en la cara y le digo: ‘Señorita, entonces ¿qué puedo hacer? Por favor ayúdeme. Solo necesito dos tabletas inductoras del sueño porque llevo 24 horas sin dormir y estoy agotado’ (...) Me responde ‘aquí no podemos hacer nada por usted”.

Finalmente, el conductor de Sábado Gigante optó por un medicamento que tuviese menos restricciones, y debió esperar 30 minutos frente a la farmacia, negado a pasar otra noche en vela, a la que describió diciendo: “En mis 83 años de vida, jamás me había ocurrido algo así. Es la peor sensación y la mayor angustia que he soportado en una noche”.

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Con su post, buscó exponer su caso para ayudar a prevenir que otros vivan esta travesía. Además, cerró enfatizando: “¿Algo anda mal o soy yo?”.

(E)

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