Los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra, hijos de la fallecida princesa Diana de Gales, encargaron esta estatua en honor a su madre en 2017, mucho antes de que la familia real británica se enfrentara a los últimos grandes desacuerdos y escándalos públicos. Así que este jueves 1 de julio, los hermanos olvidarán cualquier diferencia para homenajearla en el que habría sido su cumpleaños número 60.