Entrevista a José Luis Arévalo: Ya tengo el piloto de mi propio ‘show’: ‘El bacán del gol’

El nombre de José Luis Arévalo es cada vez uno de los más reconocidos en los medios de comunicación nacional. Es uno de los rostros que levantan a las familias con información de utilidad para iniciar el día (en RTS: La noticia en la comunidad y Noticias de la mañana).

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En las noches, en cambio, anima a los fanáticos del rey de los deportes con sus singulares comentarios en El team (YouTube/@DELTA_AMS), con sus infaltables bromas sugerentes, y luego en El show del fútbol (GolTV Ecuador). Y los fines se semana se afianza como el Bacán del Gol cuando debe relatar los encuentros del campeonato nacional.

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Como dejó percibir en esta entrevista, habrá más del comunicador de 44 años, que se graduó como abogado, trabajó como gerente de ventas, pero vive actualmente de su quehacer en medios tradicionales y digitales. Ahora que se lo ve con una imagen muy fresca y renovada, con un ligero bronceado por jugar tenis diariamente al mediodía (aclara que no se hizo la manga gástrica) y una barba de estreno por la cual se esbozan contadas canas, tiene entre manos su siguiente gran proyecto: conducir su propio show, que, por supuesto, se bautizará con el calificativo que ostenta hace más de diez años. Y no olvida un sueño pendiente: ser actor de doblaje.

Para quienes no lo conocen todavía, ¿por qué empezaron a llamarlo Bacán del Gol?

Me lo puso un compañero mío del medio, Andrés Guschmer. De hecho, fue compañero mío en el colegio, donde yo relataba los partidos de fútbol en las olimpiadas y él hacía los comentarios. Cuando crecimos nos decíamos: “Vamos a vivir de esto”, pero son sueños de muchachos. Después nos topamos por casualidad de la vida en una empresa que no tenía nada que ver con el tema del fútbol ni el periodismo ni en la comunicación en sí, y él me dijo sobre un reality de relator de radio (en Diblú, 2009), el cual gané. Él me dijo: “Tú relatas bacán. Yo creo que debería ser tu chapa, tu mote: el Bacán del Gol“.

¿Cómo se siente identificado con ese apodo?

Me gusta bastante, porque no hay nada más bacán que transmitir esa alegría del gol, esa fuerza, esa energía, que da felicidad a los hinchas. A mí me parece que me va bien.

¿Qué faceta le ha traído más satisfacciones: relator deportivo o presentador de noticias?

Las dos me han llenado bastante. El poder acercarse a la gente que te sigue, que te quiere, que está pendiente de lo que tú haces es muy satisfactorio. En La noticia en la comunidad hay un vínculo cercano con la ciudadanía, y eso me gusta bastante. Por ejemplo, hoy (9 de diciembre) vino Snyder, el caso de un niño con quemaduras del 70 % en su cuerpo y que tenía el sueño de conocerme y hacerme un gol, porque él quiere ser futbolista. Eso fue una satisfacción enorme para mí; fue bellísimo.

Pero el momento de relatar, de transmitir un campeonato, una final, un gol: eso es una pasión indescriptible. Yo creo que no existe algo mejor que eso.

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Y el humor ¿qué lugar ocupa en su vida?

Creo que debería estar por encima todo, porque es lo que más me gusta; es lo que más siento que es José Luis Arévalo, su esencia. Dedicarme específicamente al humor es una tarea pendiente. Hago algunos shows, pero no solamente vivo de eso.

Muchos lo reconocen por hacer una comedia que usa doble sentido, un tipo de humor que en estos momentos es muy criticado. ¿Qué les diría a sus detractores?

Todo el mundo tiene derecho a escuchar o ver lo que quiere. Si no les gusta una situación determinada donde se mezcla mucho el doble sentido o el humor negro, o no les parece agradable, pues en el humor hay de todo, de todas las situaciones... Hay un público que tiene el derecho de seguirme o no, de escucharme o no, de verme o no. Estamos en una era donde tenemos la posibilidad de ver lo que queremos en cualquier momento, de ver lo que creemos que está bien. Lo que creemos que está mal o que nos hace daño no estamos obligados a seguirlo. Quizás antes no teníamos tantas alternativas como ahora...

¿Este tipo de humor fue una de las razones por las que el famoso programa Dream team salió de la radio?

No, para nada. Es más, El team sigue por YouTube, y hay una sorpresa bastante buena que tenemos para ese eprograma. Pero había salido del aire por situaciones que no se arreglaron con el dueño de la emisora por donde salíamos. Los compañeros decidimos mejor cortar por lo sano y desvincularnos de esa emisora.

Gracias a Dios, afortunadamente nos ha ido bastante bien en YouTube. Y sí, se vienen muchas cosas más; posiblemente hagamos el programa a nivel internacional; gracias a la digitalización podemos abarcar situaciones a nivel mundial, que no lo podíamos hacer antes.

También han sido muy populares sus imitaciones. ¿Le preocuparon en algún momento las repercusiones?

No. No me preocupa mucho ese tema, porque siempre digo que nunca lo hago con una agenda para dañar o destruir a alguien en específico (...). Es simplemente humor, caracterizaciones, pero no tengo ningún problema con nadie, no quiero hacerle daño a nadie. Ni me siento muy afectado cuando alguien habla mal de mí por eso, ni cuando hablan muy bien de mí. (...) Es un equilibrio que estoy tratando de manejar, y creo que lo estoy haciendo bastante bien.

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Se había dicho en algún momento que sí le había generado una fricción con el comunicador Roberto Bonafont...

Para nada. Yo no tengo problemas con él; no sé si el abogado tenga problemas conmigo; pero yo con él, para nada. Me parece uno de los mejores comentaristas y analistas que existen en el país; y, si es que hago una imitación, es precisamente porque a mí me parece que uno tiene una admiración hacia alguien, porque, si no, ni siquiera lo tomaría en cuenta.

Hablando de abogados: muchos juristas han encontrado su pasión en los medios de comunicación. ¿Podría recordarnos cómo fue su proceso? Porque usted también es abogado...

Trabajaba antes en una compañía de plástico donde gerenciaba el área comercial, pero salió este reality que Andrés me describió, y el premio consistía en ser parte de la radio por un año, con un contrato anual para relatar los partidos del campeonato ecuatoriano de fútbol y estar en un programa, cuando vino la propuesta de hacer Dream team por parte de Arturo Magallanes. De ahí vino la televisión y un sinnúmero de proyectos.

¿Dejó lo cierto por lo incierto?

Tuve muchos momentos de sacrificios. La vocación de ser vendedor me encanta; yo empecé como ejecutivo comercial y luego fui llegando a otros puestos. Tuve que decidirme; fue complicado. Ese primer año en Diblú compartía mi tiempo en la radio y luego regresaba a la empresa; también trabajaba los fines de semana para recuperar el trabajo. Cuando llegó la propuesta de Gama TV, finalmente me decidí por lo que más me apasiona.

¿Por qué decidió no ejercer el derecho?

En un principio estaba trabajando en el estudio jurídico de mis padres, que son abogados, como mis hermanos también. Pero la vida me dio otras oportunidades. Quizás, si no hubiera aparecido la empresa de plásticos, todavía estuviera en el bufete. Aún me encantan las leyes; en algún momento quisiera retomarlas, pero con lo que tengo ya estoy complicado, imagínese.

Pero, en todo caso, lo comercial y la comunicación se encontraron para usted, porque a muchos comunicadores les toca ser vendedores de su marca personal.

Para los que trabajamos sobre todo en la radio es muy complejo este tema. Tú no ves a mucha gente con un sueldo fijo: tienen que ver cómo hacen para cubrir los cupos comerciales que les dan en los medios (...). Más que hacerse vendedor, porque todos somos vendedores, yo diría que tienen que exponerse más. Trabajo con marcas que me han acompañado durante mucho tiempo, y me ha ayudado todo lo que he aprendido en lo comercial.

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El año pasado había compartido que se estaba formando como actor de doblaje. ¿En qué quedó ese proyecto y cuál es su meta con ese nuevo oficio?

Es una tarea pendiente todavía (...). Calculo que en el año 2023, antes de que se acabe el primer semestre, poder estar ya iniciando. Es lo que siempre he querido y siempre siempre he soñado: estar en una película animada.

¿Y cuál es su personaje favorito de todos los que ha caracterizado?

El Abogado (risas).

¿Y Barney?

También, pero tengo que regularlo, porque uno tiene que adaptarse siempre a las nuevas generaciones. Es un personaje buenísimo; y, como hay mucha gente que nos sigue ahora que son bastante jóvenes, desde 21, 22 años, no conocen quién es. Él está en mi top 3. El tercero es El Ingeniero, que era el presidente de la Federación.

En redes sociales y televisión lo hemos visto con una imagen renovada y más fresca. Muchos han estado especulando que se hizo la manga gástrica, entre otras intervenciones. ¿Es cierto?

No, para nada. Y si me hubiese hecho, no tengo problema en decirlo, y si es por salud más que estética... Yo estoy a favor inclusive de que la gente que quiere mejorar su aspecto físico y tiene las posibilidades, pues, bienvenido sea.

Pero no me hice ninguna manga gástrica. Lo que pasó es que un día me dolía estar parado acá, me dolía el estómago durísimo y en el área de los riñones. El médico me dijo que tenía una hernia umbilical y otra inguinal, ambas de operarse. En los exámenes preoperatorios descubren que tengo el colesterol y los triglicéridos disparados, con alerta de diabetes, hígado graso... Estaba desordenado totalmente (...). Para operarme hice dieta, y después de la operación el doctor me recomentó un estricto control de mi vida, en la alimentación, ejercicios... Ahora hago tenis y llevo una vida sana, controlando el estrés, porque, si me alimento bien y me ejercito, y si tengo estrés, el colesterol seguirá elevado por el cortisol.

Entonces, decidí manejar mi vida de forma diferente. Cuando terminó mi periodo de recuperación me había descuidado la barba, no me había rasurado y tenía que regresar al canal. Fui a la peluquería de Marcos Bonifaz, donde me hicieron un diseño de barba. Y así me quedé.

De los cambios que hizo en su vida, ¿qué es lo que más ha apreciado?

Que físicamente me siento mejor; acá me dicen que me veo más guapo (risas). Puedo hacer cosas que me costaban, como correr o ir al gimnasio, hacer pesas o jugar diariamente. Eso me costaba, me ahogaba; era difícil.

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Le voy a decir una palabra o expresión que representa cada faceta de su vida profesional, y usted me dice lo primero que se le viene a la mente. ¿Televisión?

Vitrina.

¿Radio?

Magia.

¿Presentador de noticias?

Agradable.

¿Relator deportivo?

Emoción.

¿Imitador o comediante?

Satisfacción.

¿Cantante?

A propósito, voy a estar este viernes, 16 de diciembre, en Halftime (bar en Urdesa Central), en un tributo a Alejandro Fernández, José José y Luis Miguel. Cantar es pasión.

¿Qué le falta conquistar a José Luis Arévalo, profesionalmente o personalmente?

Quizás lo que está pendiente es estar en una película haciendo doblaje de voz. A mí me cuestionan siempre que nunca he relatado un Mundial, y eso que la Selección ha ido al Mundial, pero no me quita el sueño. Las cosas van a ser o no por algo. Lo que sí más quisiera en este momento es estar en una película y tener mi show El bacán del gol, que ya tengo el piloto, pero estoy en negociaciones.

En lo personal, estoy en mi mejor época de la vida familiar. Junto con mis hijas y mi esposa vinimos de un viaje de Europa de 20 días, que fue una cosa maravillosa. Creo que soy afortunado y estoy agradecido de la vida que me ha dado Dios. (E)