Fernando del Rincón habla de su esposa Jullye Giliberti, su vida familiar y su autobiografía, dedicada a los que le enseñaron el oficio de periodista

El periodista mexicano Fernando del Rincón, quien está hoy en Ecuador para la cobertura de las elecciones presidenciales, llegó acompañado de su equipo de trabajo y seguridad.

“Yo no viajo a nada de trabajo con nadie de mi familia, me parece poco ético, mi familia es una cosa y mi trabajo es otra. Nunca lo he hecho, y nunca lo haría”, dice el presentador de CNN, que celebró recientemente su aniversario número 13 con la actriz Jullye Giliberti.

“Pobrecita, es una santa, lleva trece años sufriendo con este trabajo que tengo”, dice riendo. La clave para permanecer juntos, dice, no es de él, sino de ella, en su forma de entender, tolerar y apoyar un trabajo que lo obliga a ausentarse a menudo, y admite que esto tiene un impacto fuerte en la vida diaria.

“Una anécdota reciente: yo estaba haciendo la cobertura electoral en Guatemala, cuando mi padre tuvo un problema de salud gravísimo en Miami, terminó en emergencias, y Jullye fue la que tuvo que afrontar todo eso. Estuve a punto de regresarme, al final no hizo falta, pero esos son sacrificios y apoyos muy grandes que no tengo manera de agradecerle más que reconociéndoselo”, dice.

“Me parece justo hacer un reconocimiento público a mi mujer, pues cuando yo no estoy, la que carga con la relación y más allá, es ella. Tener una actitud positiva, de entendimiento no es fácil, las angustias que ella pasa (con ciertas coberturas), como cuando fui a Ucrania, manejarlo emocionalmente desde acá. El secreto, más que mío, es de mi esposa”.

En el sitio web del periodista destaca su autobiografía de 2021, Del Rincón a los medios, adornada con algunas de sus frases favoritas. “Les recomiendo el (libro) impreso, a mí me encanta, soy muy de tocar las cosas, pero hay una particularidad con el audiolibro: está grabado por mí, es mucho más personal, porque estoy contando mi vida, y la experiencia es más enriquecedora”.

En este volumen da herramientas a los jóvenes que quieren hacer periodismo. “Mi carrera arranca en el lugar menos indicado, en el sureste mexicano, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde prácticamente no deberías ni pensar en hacer algo en medios, porque estamos muy lejos y además es la frontera con Guatemala, hay muy pocos recursos y ningún desarrollo importante en términos mediáticos, pero de allá de allá vengo”.

Su propósito es darle esperanza a la gente que piensa que está “en un pueblito donde no tiene cómo llegar a ser alguien; pues sí se puede”. Afirma que allí están todas las vicisitudes que ha pasado. “Que entienda la gente quién soy y por qué, no me entregaron en bandeja de plata mi carrera, no tuve un familiar que abogue por mí para entrar a los medios, no soy una persona que tenía recursos”.

Habla sobre las concepciones que el público tiene sobre los presentadores de televisión. “A veces la gente nos ve en pantalla y piensa que seguramente venimos de una familia con conexiones, que conocíamos a alguien, y no. Vengo de abajo, de pasar lo que muchos pasan, de no tener dónde vivir, de no tener qué comer, y ese es el escenario de mucha gente en Latinoamérica”.

El libro, amplía, trata de decirle a la gente que sí es posible, “y que no soy ningún improvisado, que he escalado desde cero hasta donde he llegado (...) Es el origen de Del Rincón para el que se pregunta quién es este tipo que sale en las noches en CNN; es alguien que se las ha visto tan duras como cualquier otro”. El crédito del libro, dice, es para la gente que lo acompañó y le dio trabajo y “un taco” cuando aún no sabía el oficio. “Me enseñaron todo lo que sé hacer ahora sin ser nadie, y es una forma de devolverles todo eso que me regalaron”. (E)