Es de admirar la resistencia física que tiene María Teresa Guerrero para los distintos deportes que practica. Aunque su amor por el ciclismo es el que más presume, la ‘flaca’ también tiene una inclinación por la natación. Nunca fue nadadora y no creció practicando este deporte, pero a pesar de eso quiere darle una oportunidad y aprender de él.

“Tengo que admitir que siento un gran temor al mar, pero cada vez que me meto a nadar me digo a mí misma: ‘Flaca, esto es solo un charquito, nada puede pasar’. Es mi manera de engañar a mi cerebro y mantener la calma mientras nado. ¡Ja, ja! Pero lo más importante es que cada día me siento más segura en el agua”, le confesó a su comunidad el mes pasado.

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Superar sus miedos es la razón por la que la ecuatoriana se ha puesto a prueba en este deporte, e incluso ahora hasta se anota en grandes competencias: “Puede que sea lenta, pero mi confianza va en aumento. Cada brazada, cada respiración y cada esfuerzo me acercan un poco más a superar mis miedos y alcanzar mis metas”.

El Ironman fue su más reciente competencia, esta carrera de triatlón creada para deportistas principiantes y profesionales se ejecutó en Manta a mediados de julio y nadar fue una de las actividades en las que se involucró la ‘flaca’, aunque estaba llena de nervios: “A pesar de llevar más de diez años compitiendo en esta distancia, aún siento esos nervios previos a entrar en aguas abiertas”.

Contó en sus redes sociales que, en esta carrera en particular, además de los nervios habituales, emocionalmente no se encontraba del todo bien por algunos cambios que se han presentado en su vida en este año y que la han perturbado un poco.

“Pero justo antes de entrar al agua, llegó @maurensolano. Me vio triste y llorando. Ella me abrazó y me recordó lo importante que soy, que sí puedo nadar y que soy un ejemplo para mucha gente en Ecuador… Me sentí responsable. Fue como si un ángel apareciera en ese momento, dándome ánimos y recordándome que hay muchas personas en mi país que practican este deporte inspiradas por mí”, confesó la expresentadora de televisión.

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Gracias a ese abrazo y las palabras de aliento de su amiga, recordó que no importa cuántos nervios tenga, siempre se puede superarlos. (E)