“Un escritor es lo que lee”, surge durante la conversación con el escritor y docente manabita Jeovanny Benavides Bailón. Y uno de los autores a los que él ha estudiado es Franz Kafka (Praga, 1883). A él consagró Las palabras del aire vacío: La novela de Kafka, presentada el 14 de junio de este año.

Con este título, además, ganó la primera Bienal de Narrativa Eliecer Cárdenas Espinosa, creada por la Universidad de Cuenca, el Gobierno Provincial del Azuay y el Centro Cultural Casa Tomada.

Benavides, profesor de la Universidad Técnica de Ambato y de la Universidad Técnica de Manabí, comenta que empezó a pensar en este libro hace más de una década, cuando hacía el doctorad en Argentina. “Tuve varias estancias doctorales y durante algunos meses tuve la oportunidad de recorrer buena parte de Europa”. Una de las ciudades de ese recorrido, en 2013, fue Praga, donde todos los caminos conducen al museo, a la tumba y a los lugares que Kafka transitó.

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Entonces, dice Benavides, fue creciendo la idea de escribir una novela histórica por el centenario de la muerte del autor de La condena, El proceso y La metamorfosis. La maduró en el tiempo de su posdoctorado en en la Freie Universität de Berlín, en 2017, que le permitió volver a la capital checa. En esas ciudades se inició el trabajo de documentación, “porque Kafka vivió mucho tiempo en Berlín, en la última fase de su vida”.

El proceso de escritura se desarrolló entre 2020 y 2023, casi tres años. “Es una manera de hacerle homenaje a alguien con quien todos los escritores contemporáneos tenemos una deuda. Poquísimos viven de lo que escriben. Kafka en el día tenía un trabajo de ocho a dos de la tarde, y en la noche se dedicaba plenamente a la literatura”, dice, encontrando similitudes con su propia experiencia y la de sus colegas. En efecto, en Palabras del aire vacío, el protagonista llega a su 31 cumpleaños desvelado, durante un bloqueo creativo. “Es el modelo de los autores en el ámbito contemporáneo, debemos sacar tiempo para escribir. (...) Virginia Woolf dice algo importante, el proceso de escritura es el gozo máximo, lo demás es accesorio”.

Y por eso, Benavides eligió a Kafka como su autor por excelencia, el que hace un siglo sobrevivió a una pandemia (la ‘gripe española’, 1918), a la Primera Guerra Mundial y a un profundo y creciente antisemitismo en Europa, siendo judío; sin embargo, en sus escritos prefirió centrarse en la historias de su vida interior, la conflictiva relación con su padre, sus amores tormentosos, los sueños que no pudo cumplir y la enfermedad que lo venció a los 40 años. El que no quiso que sus obras se publicaran en vida, obsesivo con cada detalle de su escritura, temeroso de que no se entendiera lo que había querido decir. “Escribir en clave metafórica es otra gran deuda que se tiene con él”.

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Este es un homenaje al ser humano y al autor, y por eso Benavides ha procurado que el nombre con el que se lo conoce en todo el mundo aparezca casi en cada página. “En ninguna parte de la novela se le llama Franz, ni el narrador ni las amantes, ni los amigos le dicen así”. Ni siquiera su padre, que lo rechazó y lo minimizó, usa con él el nombre de pila.

Una de las fuentes de documentación de Benavides fueron los diarios de Kafka, en los que si bien se mencionan hechos como la guerra, se la deja a un lado para centrarse en lo que realmente obsesionaba al escritor, las pesadillas y los sueños. “La parte onírica y psicológica ha sido muy estudiada, fue un ser profundamente incomprendido que se abrió paso por medio de la literatura”.

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El distanciamiento de Kafka de la realidad inmediata explica, piensa Benavides, por qué todavía no se ha escrito sobre la pandemia de COVID-19 de 2020. Tal vez es muy pronto. “La gran novela en español sobre la pandemia no se ha escrito”, opina el creador de Los pilares de la noche vana, ganadora del Premio Nacional de Literatura Miguel Riofrío, en 2019.

El escritor manabita Jeovanny Benavides es autor de 'Las palabras del aire vacío', 'Las distancias olvidadas' y 'Pilares de la noche vana' (Premio Nacional de Literatura Miguel Riofrío 2019). Fotos: @udecuenca y @jeovabenavides

Jeovanny Benavides estará este mes en Guayaquil, pues será uno de los invitados nacionales de la Feria Internacional del Libro, en la que participará de una mesa literaria que lleva el oportuno nombre ‘Desobedecer a los muertos: Publicaciones póstumas’. Disertará junto con Marcelo Báez y Juan Fernando Andrade. Será el jueves 19 de septiembre de 17:00 a 18:00, en la sala Baquerizo Moreno. Y volverá a este sitio el sábado 21, de 16:00 a 17:00, para ‘Homenaje a Kafka: 100 años de su muerte’.

El autor se muestra satisfecho por el espacio que ha ganado lo que llama “el boom de la literatura femenina ecuatoriana; el país tiene excelentes exponentes que nos han hecho quedar superbién, no solo aquí, sino en el ámbito internacional: María Fernanda Ampuero, Mónica Ojeda. Respeto mucho lo que hacen nuestras colegas”.

También le alegra ver que la mirada se vuelve a lo clásico ecuatoriano. “He tenido la responsabilidad de un Premio Nacional de Literatura Miguel Riofrío, y la Bienal, y en los encuentros con escritores, he visto revalorizar a autores como Gallegos Lara”. Se ha fijado en algo más. “La literatura juvenil tiene una poderosa atención sobre los chicos, que leen muchísimo”, afirma, aunque confiesa que quisiera que conocieran algo más que los textos en tendencia. Da recomendaciones de sus lecturas del momento: Escenas de una vida de provincias, de J. M. Coetzee, de quien fue estudiante en la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina. Y también Prosa completa, de Alejandra Pizarnik. “Sus cuentos y cartas se han leído poco, y son extraordinarios”.

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El escritor manabita Jeovanny Benavides durante la presentación de su novela Las palabras del aire vacío, el pasado 14 de junio, en Cuenca. Fotos: @udecuenca y @jeovabenavides

Espera que el interés por la obra y vida de Kafka crezca y se rompa la idea de que La metamorfosis es sobre un insecto. “Una de las claves (de Las palabras del aire vacío) es poner en contexto los orígenes de las obras. ¿Cómo nace La metamorfosis? Con el padre, que llega a decirle: ‘Eres un insecto, no sirves para nada’. De sentirse profundamente disminuido, y después de un bloqueo creativo, surge la novela”.

Añade una sugerencia más, El diario de Virginia Woolf, a quien tiene en la mira. “Me gustaría hacer un proyecto a muy largo plazo, la gran novela sobre Virginia, por el centenario de su muerte, que será en 2041″. (F)