El 8 de enero de 1981, Isabel Allende escribió una carta a su abuelo moribundo que luego se convirtió en su primera novela, La casa de los espíritus. Desde entonces, esta ha sido la fecha en la que Allende inicia una nueva obra. Una vez que comienza, se dice que escribe de lunes a sábado, de 9:00 a 19:00.

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En 1981, Isabel Allende vivía en Venezuela como refugiada política después del golpe militar en Chile y trabajaba en una escuela. El 8 de enero recibió una llamada telefónica de que su amado abuelo se estaba muriendo en Chile y no podía regresar para despedirse.

En su dolor y frustración, comenzó a escribirle una carta, una despedida espiritual, y esta carta se convirtió en su primera novela. En una entrevista hace años ella explicó la importancia de este día y el contenido de dicha misiva.

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“Recordé todo lo que me había contado: sobre su vida, las anécdotas familiares, la historia de nuestro país. Tan pronto como comencé la carta me di cuenta que no era una carta normal; era en parte novela, en parte memorias, en parte saga familiar y crónica política. Mi abuelo murió sin leer la carta y yo seguía escribiendo por las noches y los fines de semana en la cocina de nuestro departamento. Tenía un trabajo diurno en una escuela y trabajaba 12 horas al día, así que no tenía mucho tiempo libre, pero estaba obsesionado con la escritura. A finales de año tenía 500 páginas de un manuscrito muy sucio en la encimera de la cocina. Había nacido mi primera novela, La casa de los espíritus”.

Esa novela fue un enorme éxito internacional, y por suerte, cuando empezó su siguiente libro, empezó a escribir el 8 de enero. A ese libro, De amor y de sombras, también le fue bien, así que, explicó más adelante:

“Después de algunos años y algunos libros, el 8 de enero se convirtió en un buen hábito; me dio disciplina. Para entonces mi vida era complicada, tenía que viajar, dar conferencias, hacer innumerables entrevistas, me llegaba un montón de correo, así que si no organizaba mi agenda nunca tendría el tiempo, la soledad y el silencio que necesitaba para cada libro”.

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Agregó que la fecha es sagrada para ella. “Por eso he mantenido el 8 de enero como mi día sagrado del año, el día en que me encierro y empiezo un nuevo libro. No he comenzado algo nuevo cada año, porque a veces me toma más de un año escribir un libro, pero he comenzado todos los libros el mismo día”.

Para Isabel Allende, el 8 de enero es una fecha que resuena profundamente y le da el momento adecuado para comenzar. Ella lo sostiene como un día sagrado, un día de recuerdo y renovación, el día correcto para comenzar. (E)