El Buena Vista Social Club, representante y reinventor de la música cubana tradicional, sigue con vida y produciendo música, con integrantes mayores y jóvenes, y también en una obra de teatro en el Village de Nueva York.

La señal más reciente la da el legendario cantautor y guitarrista Eliades Ochoa, que recién ha lanzado un nuevo álbum, como solista, dedicado a la Navidad.

Este año, la agrupación presentó el tema Chan Chan, disponible en las plataformas de streaming.

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Pero también está rescatando sus glorias, como la grabación de Wahira, de Orlando Cachaíto López, grabada en 2001, en formato vinilo de 180 gramos, junto con un folleto a color.

Tras haber sido un club musical en la Cuba precomunista, la trayectoria de la agrupación llega al escenario del Atlantic Theater, con libreto del cubanoamericano Marco Ramírez. El grupo de músicos veteranos y empobrecidos en la Cuba del fin del siglo XX, en lo que hubiese sido su ocaso, grabó tres discos: Buena Vista Social Club (1997), Buena Vista Social Club at Carnegie Hall (2008) y Lost And Found (2015).

El musical resultante está hecho al estilo de Broadway, respetando casi al pie de la letra el primer disco producido por Ry Cooder con las intervenciones de Compay Segundo, Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo.

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La revolución que unió a las estrellas de Buena Vista Social Club

La historia se desarrolla en dos contextos: 1956, el año de la revolución comunista, y 1996, cuando aparece en la isla un productor que quiere reunir a las estrellas del viejo Buena Vista Social Club.

Eliades Ochoa (guitarra), Omara Portuondo (voz), Barbarito Torres (laúd), Manuel 'Guajiro' Mirabal (trompeta) y Jesús 'Aguaje' Ramos (trombón) en su gira de despedida, en Quito, 2021.

Se centra en Omara Portuondo —que cumplió ya 93 años de vida— y una hermana ficticia, Haydeé. Juntas, estas cantantes, estrellas del Tropicana, tienen éxito entre los turistas. Haydée sueña con grabar un disco con un sello norteamericano, pero Omara se siente atraída por los clubes nocturnos donde suena la música cubana más auténtica.

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En uno de esos clubes, el Buena Vista, conoce a Compay Segundo y a Ibrahim Ferrer, del que se enamora, pero la revolución llega acto seguido a dividir a los cubanos. Haydée huye con sus padres de la isla, y Omara se queda en Cuba por su apego a su arte. El movimiento cierra los clubes y los músicos se quedan sin trabajo. Cuarenta años después, reciben la propuesta de grabar un disco.

La obra seguirá en cartelera hasta el 7 de enero, y casi todas las entradas hasta entonces han sido vendidas. (E)