El segundo día de Coachella transportó a los asistentes de regreso a la década del 90 con la explosiva presentación de No Doubt, durante la que apareció por sorpresa la cantante Olivia Rodrigo, usando un sujetador rojo, emulando a Gwen Stefani en su juventud, para cantar Bathwater.

Ya sea arriba de una torre de metal, corriendo de un lado a otro o haciendo flexiones de pecho, una totalmente enérgica Stefani se impuso una hora antes que Tyler, The Creator, para demostrar que el paso de los años no han afectado su vitalidad en el escenario y que No Doubt sigue vigente, incluso 38 años después de su formación.

“¿Vinieron a Coachella a ver tocar a No Doubt por primera vez en nueve años? Quisiera poder expresar de alguna manera la cantidad de amor que me gustaría esparcir entre todos ustedes”, dijo la vocalista.

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La banda también conformada por el guitarrista Tom Dumont, el bajista Tony Kanal y el baterista Adrian Young, interpretó algunos de sus más grandes éxitos como It’s My Life, Hey Baby o Underneath It All.

Según recoge EFE, los puntos más altos de su actuación los alcanzaron con los temas I’m Just a Girl y Don’t Speak, coreados al unísono por los miles de asistentes.

Otro regalo para el público millennial fue la actuación de la banda británica Blur.