Desde tempranas horas de la tarde de este sábado, 24 de junio, la ciudad empezó a sentir las energías de un evento que empieza a volverse tradicional y esperado en el calendario. El año anterior, el festival Wankabeats tuvo que aplazarse debido a las medidas de seguridad que tomó el país en ese momento; sin embargo, este año no esperó más y citó a distintos artistas nacionales e internacionales en el concurrido parque Samanes.
La primera en la lista fue Madrigal, quien junto con su banda inició la tarde para un pequeño círculo de público que acudió con puntualidad. Fueron canciones en las que se mezclaban boleros y distintos géneros musicales, que amenizaban el clima y cautivaban a los primeros asistentes de lo que sería una larga jornada.
Seguidamente llegó El General Villamil, agrupación liderada por David Rojas, quienes utilizaron el escenario para presentar su más reciente trabajo de estudio, titulado Miércoles picante, además de lograr una buena comunicación con sus seguidores y dejar un buen terreno para los artistas venideros.
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A media tarde aparecía la revelación de este 2023: el cantante guayaquileño radicado en España Diego Chiang, en su faceta de solista, Dicapo, quien junto con sus bailarines acompañantes se apoderó del escenario gracias a Nubes, Travolta y Polaroid, canciones que fueron coreadas por todos.
Con un estilo reggae, playero y bastante costeño apareció el artista venezolano Simón Grossmann, el primer invitado internacional, que colaboró generando un ambiente festivalero y relajado. Lo más destacado de su acto llegó sin duda de la mano de su éxito Agüitaecoco, el cual interpretó junto con la ecuatoriana Luz Pinos.
Luego de una espera un tanto larga, apareció uno de los más aplaudidos de la jornada. El cantautor dominicano Vicente García inició la noche con su onda tropical y movida, poniendo a bailar incluso a gente que desconocía su música y que había asistido para presenciar otros shows. Esa es una de las ventajas de eventos como el Wankabeats: descubrir nuevos artistas y dejarse llevar por el auténtico clima festivalero.
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Quienes no se hicieron esperar mucho fueron los mexicanos Molotov. Clásicos ya del rock en español, pusieron a cantar a todos los asistentes. Temas como Amateur, Gimme tha power, Here we kum y muchos otros fueron algunos de los que resonaron en el parque Samanes y sus alrededores.
Para finalizar en un clima de fiesta total, llegó desde Caracas la banda Rawayana, tomándose la tarima de forma descontrolada y alegre. Sin duda alguna, este conjunto ha desarrollado una buena relación con nuestro país. Es la segunda edición del Wankabeats en la que participan, sumándole distintos conciertos a su paso por Ecuador.
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Los festivales son algo a lo que Guayaquil intenta acoplarse desde un poco antes de la pandemia; por supuesto, esto promueve el turismo y difunde la labor de distintos artistas locales. Que no falten estos espectáculos en la ciudad y el país. (E)
