El conteo había terminado, pero el veredicto no llegaba. Eran casi las once de la noche del sábado 26 de julio, en la explanada del centro comercial El Dorado, y el público seguía de pie. Gente de Zona seguía tocando, las luces estaban encendidas, pero algo estaba a punto de pasar. Todos lo sabían.

Horas antes, desde las 13:00 hasta las 21:00, se vendieron hamburguesas sin parar. Algunas con queso azul, otras con salsa criolla, muchas con doble carne. Cada compra contaba, cada pedido era una parte del intento oficial por romper el récord Guinness de la mayor cantidad de hamburguesas vendidas en un festival en ocho horas. El registro anterior lo tenía Estados Unidos. Ecuador buscaba superarlo.

Pero una vez terminado el tiempo, no hubo confirmación inmediata. Mientras la empresa auditora validaba las cifras, la música seguía sonando. Algunos asistentes se acomodaban en el piso, otros sostenían sus últimos vasos de cerveza.

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Desde la tarima, AU-D había cantado antes. Luego vino Gente de Zona. Y entonces, Fernanda Gallardo subió otra vez, pero ahora pidió silencio.

Las pantallas LED del escenario se pusieron negras. Apareció el logo de Guinness. Y con él, la representante oficial de la organización en Colombia dijo lo que todos esperaban: Ecuador había logrado el récord. 50.000 hamburguesas vendidas. Casi el triple de la marca anterior.

Hubo gritos, brazos en alto, abrazos entre desconocidos. Desde atrás del escenario salieron fuegos artificiales. Cada hamburguesa servida entre las 13:00 y las 21:00 fue registrada, vendida y fiscalizada bajo condiciones precisas. Entre el público había familias, grupos de jóvenes, curiosos, personas que iban por su cuarta hamburguesa.

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Nadie sabía exactamente si se llegaría a la meta, pero todos querían ser parte del intento. Los trabajadores repartían con una sonrisa stickers que anunciaban que eras parte del hito.

Tras el anuncio, el organizador del evento, Daniel Molina, habló brevemente con los medios. “Es una muestra de lo que podemos hacer cuando trabajamos en conjunto. Este récord no es de un organizador, es de todos los emprendedores que estuvieron aquí desde el día uno”, dijo mientras saltaba y gritaba con los demás compañeros en tarima. El ambiente era festivo y todos sonreían.

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En redes sociales, la cuenta del festival compartió un video corto con la voz en off: “Un día lo soñamos. Un país entero se unió...”. Pero fuera de las pantallas, lo que se escuchaba era más simple: carcajadas, bocinas, pasos arrastrados de quienes ya salían. Sin duda fue una gran espera, pero el récord ya se quedó en Ecuador y lo único que faltaba era terminar la fiesta con el dúo cubano a cargo. (E)