Tres décadas después de los sucesos que llevaron a la búsqueda y captura de la cantante mexicana Gloria Trevi y su productor, Sergio Andrade, y 23 años después de la captura y encarcelamiento de estos por los delitos de rapto, corrupción, abuso y violación de menores, una de las implicadas, la cantante María Raquenel Portillo, vuelve a tratar el tema, esta vez en el pódcast En boca cerrada.

Este apenas cuenta con tres episodios: una introducción en la que Portillo se presenta como Raquenel, y cuenta su historia, en la cual se retrata como una víctima de Sergio Andrade, con quien se casó a los 15 años. En cuanto al sobrenombre con el que es reconocida, Mary Boquitas, lo rechaza. “Ese es el nombre que me impuso mi abusador”, declara.

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Portillo afirma que nunca antes se le ha permitido hablar del asunto sin interrupciones, y por eso recurrió al podcast para defenderse. Ella estuvo acusada, junto con Trevi, de ayudar a Andrade a intimidar y someter a menores de edad a las que él abusaba sexualmente. Las dos estuvieron en prisión cuatro años, tres de ellos en Brasil, donde fueron detenidas.

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La mexicana de 53 años era considerada “el brazo derecho” de Gloria Trevi, reconoce que fue uno de los tres personajes principales del escándalo internacional, y que ha pasado los últimos 18 años intentando defenderse en televisión, en apenas pocos segudos al aire. También expresó su indignación de que Andrade, cumplidos algo más de 10 años de prisión, ahora viva libre.

Acompañada por la periodista española María García, Portillo dijo que cuando salió de la cárcel, prefirió no contarle los detalles a su familia. Pero ahora recordó el día de su salida de la cárcel del Cerezo, en Chihuahua. Dijo que esa fue la primera vez que conducía un auto sin que alguien le diera órdenes o la golpeara por no adelantarse a una luz roja. “Primera vez, desde los 14 años, que comería lo que se me antojara, con total dignidad, como un ser humano”.

De Gloria Trevi, en cambio, dijo que fue su compañera de sufrimientos, de celda y de mentiras, a veces amiga y a veces enemiga. “Nosotras, no responsables de ninguno de los cargos que se nos imputaron”.

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En los dos primeros episodios el pódcast, Portillo empieza contando cómo conoció y se casó, siendo menor de edad, con el llamado Rey Midas de la música. Ella llegó a Ciudad de México a los 14 años para cantar en La hora feliz, un show de variedades de Televisa. Alguien dijo: “Llévenla con Sergio Andrade”, que había sido productor de otras jovencitas famosas, como Lucero. Ese mismo día los hizo firmar un contrato, la envió a aprenderse siete canciones y ella y su mamá se quedaron alquilando habitación, mientras el padre regresaba a Tamaulipas, donde vivía la familia.

Andrade se convirtió en su maestro y productor, y la convenció de que sus padres no la querían y la enemistó con ellos, para luego enamorarla y ordenarle que lo mantuviera en secreto. Cuando los padres los descubrieron, los persuadió de que lo mejor que podían hacer era dejar que él “la cuidara”. La cantante explica que luego se daría cuenta de que era una entre muchas.

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Él la agregó a un grupo musical adolescente, Boquitas Pintadas, prometiéndole luego una carrera en solitario. Así conoció a Gloria Trevi, que acababa de ganar un concurso de la doble de Lucerito, y vívía sola en el DF. Portillo describe a Trevi como una chica atractiva, independiente pero también con episodios en los que se quedaba callada y se alejaba de todos.

Portillo promete seguir con sus recuerdos en entregas posteriores de En boca cerrada, programa al que ha invitado también a su madre, que se llama como ella. En los últimos minutos esta se anima a pedirle a su hija que le diga toda la verdad, porque sabe que se ha saltado muchas partes “para que no sufra”.

El pódcast puede escucharse mediante cualquier aplicación para dispositivos móviles, y como advierte la autora, “no es una bonita historia de amor”. (E)