Tres naranjas y tres azules, son tres chicas y tres chicos. Ah, y una ‘combatiente’ peludita, que se llama Heidy y tiene 9 meses de vida. Ellos son los habitantes de la Casa Combate, una instalación que se eleva en el mismo estudio donde se produce y transmite a diario el reality show de competencia deportiva Combate (RTS).

Lo que sucede en el interior de esta vivienda no está disponible para el público, pero sus residentes desean dejarnos ver, al abrir sus puertas, que a pesar de la rivalidad de los colores que se refleja en pantalla, por dentro existe la camaradería “más bacán”. Es como que los jóvenes se hubieran reunido en un divertido campamento para ponerse más ‘tucos’, hacer amigos, pasarla bien y, de paso, volverse famosos en el proceso.

Rafa, 'Picky', Joso, Inoha, Simone y Denise en la cocina de la Casa Combate. Foto: Ronald Cedeño

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Desde hace más o menos un mes, la casa da cabida a los participantes que provienen de otras provincias externas a Guayas. Ellos son José (Joso) García, de 25 años, de Santo Domingo (naranja); Simone Alomoto, de 24 años, de Quito (naranja); Denisse Piña, de 21 años, de Santa Elena (naranja); Rafael (Rafa) Valdez, de 23 años, de Calceta (azul); Inoha Cuesta, 21 años, de Quito (Azul); y Francisco Picky Arévalo, de 22 años, de Santa Rosa (azul).

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En la residencia cuentan con una habitación para mujeres y otra para los hombres, baños, una ducha, vestuarios, un salón de juegos, cocina con dos refrigeradoras donde distribuyen sus alimentos: comen mucha proteína, verduras y vegetales, pudimos verificar cero golosinas. Inoha incluso aprovecha para comentarnos que ella cuida su físico con una dieta especial.

En la habitación de los chicos conviven Rafa (de Calceta), 'Picky' (de Santa Rosa) y Joso (de Monterey). Foto: Ronald Cedeño

Además, hay una sala de entretenimiento con un gran televisor (que incluye consolas de videojuegos), donde, aunque no lo crean, miran la repetición del episodio que acaban de protagonizar de 18:00 a 20:00, en YouTube. Ese salón también es el punto de encuentro con los otros competidores que pasan el día allí, entre las grabaciones de promocionales, prácticas y más.

La rutina en la casa arranca más o menos a las 10:00, cuando son convocados a los ensayos de las coreografías del programa (no hay competencia de baile, pero los chicos animan la transmisión bailando sus canciones favoritas). A las 13:00 es el almuerzo y desde ahí la jornada se acelera; a las 16:30 deben estar uniformados; a las 17:00 es la reunión de producción, una hora antes del inicio del show. Finalizado el capítulo se preparan su merienda, ven algo de tele o hacen un ligero entrenamiento final.

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La rivalidad de los colores empieza y termina en el estudio, pues en la casa solo hay compañerismo, afirman los combatientes. Foto: Ronald Cedeño

“Hasta que el cuerpo aguante o la coreografía esté totalmente lista”, complementa Julián Pino, quien estuvo de paso en la casa durante este recorrido, con el resto de sus compañeros de Guayaquil. “Es responsabilidad de cada uno si quiere practicar cada estructura, para tener una idea de qué técnica podemos usar y qué podemos hacer y no en vivo. Porque lo primero que hay que hacer es cuidarse, porque si uno sale lesionado ya tienes un pie afuera”, agregó su compañera Doménica Martínez.

El día realmente puede empezar tempranito, a las 05:00, otros se levantan a las 08:00, cuentan entre risas. Por ejemplo, Simone es de las madrugadoras, confiesa (y una de las más ordenadas, señalan sus compañeros). “A las 05:30 salgo al gimnasio con mi compañera del equipo azul (con Inoha, las dos son quiteñas). Cada una se prepara físicamente, cuando regresamos a la Casa Combate obviamente algunas personas siguen durmiendo”, relata. Entre las tareas del grupo además está el cuidado de Heidy, la perrita que la producción adoptó para acompañarlos.

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La habitación de las chicas da cabida a Simoné (Quito), Inoha (Quito) y Denise (Santa Elena). Foto: Ronald Cedeño

De ahí la convivencia no tiene mayor complicación, aseguran los atletas. “Al principio uno de los inconvenientes fue un poco la descoordinación al momento de recoger los platos después de las meriendas, pero lo supimos sobrellevar quedándonos de acuerdo en quién lo hace cada día. También nos organizamos para que se cumpla la limpieza y arreglar la casa”, aclara Picky, a quien sus compañeros consideran el ‘más bullicioso’ de todos, pues se duerme y se despierta escuchando música desde su parlante Echo Dot. Entre lo que escucha “depende del día o el momento, puede ser reguetón o del ánimo que me levante”, añade el orense, quien llama la atención por su colección de al menos 16 pares de zapatos, de los cuales la mitad son Crocs. Uno para cada vestuario o deporte, explica.

Otros objetos que saltan a la vista son los trofeos de Rafa, que lo acompañan en esta aventura, uno lo certifica como Mister Ecuador Novato (2023) y otro como Mister Pichincha 2023, campeón absoluto de fisicoculturismo y fitness. Igualmente, hay peluches en cada cama; de los chicos, solo Joso duerme con un muñeco afelpado: Gloria, la hipopótamo de Madagascar, asimismo usa unas pantuflas de peluche con cara de osito. Sí, Joso es el bromista del equipo.

¿Y la mejor compañera? Heidy, pues sigue a todos los chicos por donde se muevan, meneándoles el rabito, recostándose sobre ellos mientras están en el sofá y dándoles sus inesperados lengüetazos de cariño. Así es un día corriente en la casa “más bacán” del Ecuador. (E)


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