Una flota de naves espaciales marcianas rodea las principales ciudades del mundo y toda la humanidad espera ver si los visitantes extraterrestres realmente “han venido en paz”, como afirman. El presidente de los Estados Unidos, James Dale (Jack Nicholson), recibe garantías del profesor de ciencias Donald Kessler (Pierce Brosnan) asegurándole que la misión de los marcianos es amistosa. Pero cuando un intercambio pacífico termina en la aniquilación total del Congreso americano, los militares exigen una represalia nuclear a gran escala.

Este es el argumento de Mars Attacks! (¡Marcianos al ataque!), el revés de taquilla de Tim Burton que al mismo tiempo es su obra maestra, por caótica y divertida, y en la actualidad un clásico de la ciencia ficción y lo extraño.

Disponible en la plataforma HBO Max, la película llegó originalmente a los cines en diciembre de 1996, solo seis meses después de que otra cinta con la misma temática de invasión alienígena, Día de la independencia (Independence Day), se convirtiera en la segunda película más grande de todos los tiempos y elevara a Will Smith como una superestrella internacional. El filme se consagró en un éxito de taquilla perfecto de Hollywood, por sus atractivos y patrióticos héroes que se unen para derrotar a una abrumadora fuerza maligna, en medio de secuencias de acción multimillonarias.

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Al lado de ella, Mars Attacks! se levantó, o más bien tomó asiento, como el antiéxito, al recaudar 37 millones de dólares por debajo de su presupuesto de 70 millones (de acuerdo con Box Office Mojo).

Pero ese no tan simple detalle no le quita su mérito. “Es lo más cerca que ha estado Burton de ser un rebelde punk, lo cual es apropiado decir considerando que la película se basa en una serie de naipes coleccionables diseñados explícitamente para molestar a los padres”, comenta el escritor y actor Tom Reimann en una reseña sobre esta historia.

Es que entre las bromas y las escenas que pueden parecer un poco absurdas, según cada espectador, realmente se encubren las críticas de Burton hacia la política de su país, la verdadera razón de ser de esta producción. La dinámica principal de la película es que quienes están en una posición de poder (los científicos, los líderes mundiales y los militares) aparecen como unos cobardes o unas caricaturas de su propia autoridad, que no quieren aceptar que simplemente no están preparados para lidiar con las amenazas a la sociedad que protegen. En contraste, los marcianos solo quieren causar estragos de la manera más divertida posible.

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Jack Nicholson encarna al primer mandatario de Estados Unidos que debe enfrentar la invasión marciana. Foto: El Universo

Otra curiosidad de la película es que la historia se había estado preparando desde la década de 1980, encabezada por el dramaturgo Jonathan Gems, quien escribió varios borradores de esta idea de Burton y finalmente fue el único que terminó llevando el crédito de escritor guionista en el elenco. Gems también presentó a mediados de este año, cuando se liberó el filme en la plataforma de suscripción, sus experiencias de la producción en el texto Mars Attacks Memoirs, un libro obligado para los acérrimos fanáticos de este incomprendido título cinematográfico. (E)


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