El miedo a vivir, el dolor de vivir. Así definen los psicólogos especialistas a una depresión severa con pensamientos suicidas en las personas, el principal motivo para acabar con sus vidas.

Guayaquil se conmocionó la mañana del martes cuando en vivo y redes sociales observó cómo un ciudadano extranjero se lanzó desde el piso 17 de un edificio en Puerto Santa Ana, en Guayaquil.

Para muchos especialistas, la motivación que se indicó en primera instancia de un desacuerdo religioso con su hermano no habría sido el factor principal de su suicidio, pues una persona que busca quitarse la vida la mayoría de veces lo hace con premeditación.

Publicidad

Desde el 12 de marzo de 2020 se han registrado 633 suicidios a nivel nacional y 1.304 intentos de suicidio. La mayoría de los casos se han dado en Guayas. En esta provincia se han quitado la vida 112 personas desde el inicio de la pandemia y al menos 194 lo han intentado, según cifras subidas por el ECU911 a su página web.

El psicólogo clínico Nelson Delgado, quien tiene experiencia por haber trabajado en el Instituto de Neurociencias y centros de rehabilitación, explicó que no todos los que tienen depresión se quieren matar.

En el hospital Monte Sinaí se atiende a personas con depresión de diversos tipos, algunos ingresaron al sistema de salud por un intento de suicidio.

“Quien empieza con una ideación suicida, que expresa por impulso que se quiere matar, luego un deseo de suicidio que va creciendo, y la tercera etapa es cuando lo analiza, busca espacios, situaciones para concretarlo”, dijo.

Publicidad

Añadió que en ese proceso, un suicida puede tener el plan de matarse, pero no se atreve porque a pesar de que tiene ese pensamiento, sigue predominando el miedo hasta que le llega un momento de valentía. “Tienen un flash de valentía, son unos minutos que les llegan y lo hacen, como vimos en el caso del extranjero que estuvo más de tres horas sentado en el filo de ventana, pero en el momento en que vio a los agentes ya cerca de abordarlo le llegó ese impulso para lanzarse”, indicó.

La única enfermedad del ser humano en que el individuo quiere matarse es la depresión, es la enfermedad mental

Nelson Delgado, psicólogo clínico

Especialistas en Guayaquil detallaron que el suicidio se da principalmente por depresión severa, también por algún tipo de trastorno mental grave o el consumo de sustancias.

Publicidad

Según cifras del Instituto de Neurociencias, las atenciones por depresión en el año 2021 fueron 2.242 por consulta externa. Estas se dividen en diagnósticos de episodios depresivos que fueron en total 2.008 entre hombres y mujeres desde los 5 años hasta mayores de 65 años. Y con trastorno depresivo recurrente fueron 234, entre hombres y mujeres desde los 15 años.

En tanto que la Unidad de Salud Emocional del Municipio de Guayaquil (USEM) ha atendido 132 casos de intentos de suicidio y 709 de pensamientos suicidas.

Gino Escobar, coordinador de la USEM, comentó que la depresión es más severa y duradera que la tristeza normal.

“Todos en algún momento atravesamos por etapas difíciles en nuestras vidas; por eso es primordial entender que sentirse triste temporalmente es muy diferente a estar deprimido o a sufrir de depresión. La depresión interfiere con otros aspectos de la vida, como el trabajo, la universidad, escuela o relaciones interpersonales, puede incluso llevar a la incapacidad funcional”, indicó.

Publicidad

Marco Sebastián Salazar, psicólogo clínico del Hospital General Monte Sinaí, explicó que hay depresión leve, sencilla, que es superable. Sin embargo, cuando es depresión grave baja el ánimo, baja la motivación, baja la esperanza de vida, empieza una ideación suicida. “Ya las personas tienen una idea de quitarse la vida por autointoxicación, autolesión (arma blanca o de fuego), autoasfixia o lanzarse de algún sitio como lo vimos en el ciudadano extranjero”, comentó el doctor.

Un extranjero se lanzó del piso 17 de un edificio de Puerto Santa Ana, el martes. Ronald Cedeño Foto: El Universo

Él explicó que en el hospital Monte Sinaí, en el noroeste, han aumentado los casos de depresión e intentos de suicidio debido a la pobreza, no tienen cómo sostener a su familia ni a ellos mismos; también por sus estados de salud, ya que tienen enfermedades que no pueden tratar y luego por el aislamiento o problemas de otro tipo.

Acotó que llegan al hospital de dos maneras, uno porque el familiar lo trae por emergencia por intento de suicidio o por derivación de los centros de salud.

Detalló que han llegado personas afectadas por el autoconsumo de pesticidas, por autolesiones, con heridas de armas de fuego o blanca. “A unos sí se los ha podido rescatar, se han recuperado favorablemente y luego se les da una interconsulta con el psicólogo para que continúen el tratamiento”, refirió el especialista.

La ansiedad y depresión, algunas de las secuelas con las que luchan personas que tuvieron COVID-19. El tratamiento depende de cada situación

Prevención

Profesionales indicaron que es necesario no dejar a las personas que muestran comportamiento de aislamiento, que cambian su forma de ver la vida, que repiten que están tristes, cansadas y que no encuentran una salida a sus problemas.

1.- La atención

Psicólogos pidieron a las familias y amigos que estén atentos de quienes tienen señales depresivas, quienes de forma reiterada hayan expresado que no quieren vivir. Que se interesen por saber cómo está, para que se desahogue, que se le pregunte sobre su situación aunque no podamos ayudarlo de forma directa, el hecho de decir lo que siente hace que se pueda buscar alguna solución.

2.- La inclusión

Médicos comentaron que es necesario que cuando se vea a un integrante de la familia que se excluya, no salga, no hable, se lo debe invitar a actividades familiares, a paseos, a que comparta momentos que lo ayuden a salir de esa tristeza y jamás dejarlo solo, porque en cualquier momento podría atentar contra su vida.

3.- Buscar ayuda profesional

Si la familia o amigos de la persona con depresión ha intentado alternativas para sacarlo de su tristeza o solucionar su problema, entonces se recomienda que se acuda a asistencia profesional para que reciba un tratamiento adecuado y pueda recuperar su salud mental. (I)